El Deleite de los Cuerpos

Revista Nº 1 /  10 Años de Festival El Deleite de los Cuerpos  / 2021 

Audio revista producida y relatada con las voces de les integrantes del Deleite de los Cuerpos

En cada articulo se puede acceder al audio de la nota correspondiente

DIEZ

AÑOS

2011

2021

Insistencias artísticas

en Revista

El Deleite de los Cuerpos cumple 10 años, una década de intervenciones artístico-políticas de la disidencia sexual y corporal; y lo queremos festejar por muchas razones, pero sobre todo porque a putas, tortas, travas, trans, maricas, no binarixs, gordxs, piqueterxs, sudacas, nos encanta la fiesta. También porque celebramos la resistencia que significa estar y haber creado un mundo para encontrarnos a compartir nuestro arte con personas de diferentes ciudades. El Deleite es nuestra excusa para eso. Cuando todo pareciera transcurrir en la ciudad de la furia, insistir en generar festivales en distintos puntos de la región es clave. Es sostén de vivencias, es posibilidad de construir circuitos propios de creación y difusión de arte y pensamiento, es propiciar miradas críticas y activismos situados, es disputar cultura.

Este festival nació con la intención política y afectiva de generar espacios para reunir nuestros existenciarios sexo-disidentes, para propiciar, difundir y disfrutar de nuestras narraciones, de nuestras producciones artísticas. Con el pasar del tiempo es grande el archivo afectivo construido. Multitud de gestos, de roces, de puestas en común, de bebidas y claroscuros van reconfigurando, a veces de manera intangible, este archivo desobediente de las normas de la moralidad sexual en esta ciudad de las campanas, pacata, policial, incendiaria en todos los sentidos. En 10 años que no fueron homogéneos, pasaron muchas personas por la organización, cada quien dejó su huella en este entramado que es nuestra historia. En cada edición atendimos las singularidades contextuales de cada coyuntura y tomamos posición con nuestros cuerpos en las calles, los escenarios, en la gestión y organización, así como en la creación.

Este año, la pandemia recrudeció las vulnerabilidades que nuestras formas de existencia intentan resistir cotidianamente. El capitalismo colonialista en su ferocidad desgarra aún más los vínculos que veníamos construyendo. La precariedad del entre-cuerpos que se trastoca y la acuciante necesidad de sobrevivir parecieran hacer de la disputa cultural algo insignificante o no urgente. Se le exige al campo artístico callar “hasta que pase” o se reconfigure la “nueva normalidad”, invisibilizando la cantidad de producciones que sí se realizaron y las difíciles condiciones en las cuales se hicieron, como si no necesitáramos de la cultura, las ficciones, los relatos, las imágenes, la música para vivir. Nos negamos a sostener esa narrativa de la trivialidad del arte que contribuye a determinados programas afectivos neoliberales, donde el arte es una mera forma de entretenimiento a consumir y no una herramienta vital y transformadora para la vida en comunidad. En efecto, hay festivales y artistas que han encontrado maneras de resistir ante el abandono del Estado y el lugar poco prioritario que ocupa la cultura en las agendas de las instituciones que gestionaron fondos y recursos en esta pandemia.
Este año no llevamos adelante el festival en su formato habitual. Decidimos no realizarlo en las plataformas virtuales que el distanciamiento social obligatorio auspició, pues reconocemos la distribución diferencial de las condiciones de accesibilidad, de conectividad y de recursos técnicos adecuados para gestionar las producciones. Por eso pensamos y construimos otra estrategia para seguir encontrándonos. Reconfiguramos el festival en edición impresa y digital con el objetivo de difundir así las producciones de artistas, activistas, festivales y organizaciones que nos vienen acompañando, así como de nuevas producciones creadas en este contexto. Buscamos posibilidades en otras materialidades de visibilidad y expresión. Creemos que la palabra escrita también hace cuerpo, y que el formato de una revista de difusión cultural es el mejor aporte que podemos dar de nosotr*s en este momento.

Eloína

Coronel

Una

cuarentorta

cantautora

Me llamo Eloína Coronel, hago música desde niña y me dedico profesionalmente desde abril de 1996. He viajado a otras provincias, a otros países, y en esos viajes he podido palpar las diferentes formas de hacer música, de trabajar, de crear lazos colectivos o no. Vivir y crear en y desde Córdoba a mi me ha significado siempre un proceso profundo, visceral, comprometido. Mas aún cuando descubrí el activismo feminista, la comunicación feminista, las posibilidades creativas ya no solo de la música, sino del cuerpo, de las identidades, de las formas de laburo, de los entramados afectivos… Nombrarme como lesbiana y adoptarlo como identidad de género, como identidad política, fue otro momento de inflexión. En ese quehacer me reinventé como laburante del arte, y en esa transformación me encontré con el Festival el Deleite de los Cuerpos. Desde la primera edición me abrazó en mis búsquedas, amorosamente y sin condicionamientos, y fui participando año tras año a través de distintas propuestas que entrecruzaban la poesía, la música, la actuació,n, la radio…
En Córdoba he trabajado en la música como docente, como artista callejera, como activista lesbofeminista, como pianista, coreuta, productora, compositora, cantante y como poeta. He cantado en teatros como en ómnibus o peatonales. Muchas veces he tenido la sensación de estar estancada, caminando en círculos. Y de esos procesos surgieron nuevas ideas, nuevas creaciones, casi siempre colectivas, como “Inconformes”, espectáculo poético- musical en 2013, la grabación de mi cd “Chamuyo colectivo” el mismo año, el espectáculo “Reinas Sobran”, y tantos otros. Concibo hoy mi trabajo, más que nunca, como un aporte vital a la construcción de entramados sociales que nos sensibilicen, que nos encuentren, que nos despierten ganas de crear y conectar por fuera de lo que hoy se nos presenta como conexión: redes sociales, cyber ventas de lo inimaginable, activismo anónimo desde el corazón de la matrix…. Volver a mirarnos los ojos y reconocernos tras los barbijos, dejarnos conmover por una música que suena desde fondo de la calle, “ el deber de decir lo que no hay que callar”, como decía Eladia Blazquez, es hoy mi motor, mi pulsión, mi compromiso como persona y como artista callejera. Artista en tanto alquimista de palabras y sonidos, callejera, caminante y escucha de las voces de la calle y sus sentires. Y en esas búsquedas de conexión, aparecen Las Cumparsitas, colectiva de cantautoras y compositoras creada en Bs As alla por mayo de 2020. Más de trescientas cantautoras de todo el país e incluso fuera de Argentina, venimos hallando en este espacio la forma de difundir nuestros laburos, de darnos apoyo anímico, de ilusionarnos y crear, lo que bien sabemos hacer. De esa pasión por hacer nacen los Cumparfest, festivales online de cantautoras en los que durante tres jornadas al mes compartimos nuestra música para poder decir: Acá estamos, estas somos, en este tiempo y espacio, quienes pintamos nuestra aldea y contribuímos a la cultura popular desde nuestra mirada de mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries, bisexuales, intersex y otras identidades. Resignificar el trabajo de las cantautoras y compositoras es nuestro objetivo, no solo desde un punto de vista profesional, sino, sobre todo, como aporte vital al relato colectivo de los pueblos, fotografía sonora y poética de los territorios que habitamos.

LORENA

CARPANCHAY

BAGUALERA

de los Valles

CALCHAQUÍES

Lorena Carpanchay vive en Paraje San Luis, en los Valles Calchaquíes, a 10 km de Cafayate. Desde ese lugar se ha construido como una bagualera trans que ha desafiado el machismo de su género musical.

Sus inicios en la música fueron en las marcadas y señaladas de hacienda que se hacen en los valles, donde la tradición es cantar con cajas después que los animales ya han sido marcados. Después de volver de Buenos Aires, donde vivió más de 15 años, la comenzaron a invitar los vecinos y también su familia. “Con mi familia todos los años antes o después de Pascuas hacemos una marcada de ganado vacuno y siempre canto, nunca pierdo la oportunidad de llevar mi caja para cantar. A veces nos amanecemos cantando”.

El paso de cantar en el campo junto a su familia, y también vecinos que la invitaban a sumarse, a cantar en un escenario ocurrió en el año 2014. Más precisamente, en el Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Salta. Allí fue a participar junto a otras mujeres trans, y además de conocer activistas y tener un primer contacto con el movimiento trans, la invitaron a cantar. Así lo relata, “Fue algo chiquito, pero fue un despertar para mí. Yo no había llevado la caja ni nada, pero estaban las bagualeras de Rosario de la Frontera y Rosario de Lerma y una de las bagualeras me ha prestado la caja para que suba al escenario y cante aunque sea una o dos coplas y así fue mi iniciación como artista, como artista trans”. Después de esa experiencia en Salta la empezaron a invitar para ir a cantar en diversos lugares, principalmente a Buenos Aires, y a conocer activistas como Lohana Berkins, Marlene Wayar,  Pía Ceballos y Lucía Paz, además de artistas como Susy Shock y Lola Bhajan, con quienes tuvo la oportunidad de actuar.

Además de ir a cantar, comenzó a dar entrevistas. Dice que para ella es importante contar su historia, por un lado porque le sirve para hacer conocer su arte, pero también porque piensa que contar su vida puede ayudar a otras chicas trans. “Por ahí es crudo contar tu historia de vida, pero yo he decidido contarla para que otras chicas no pasen lo que yo he pasado, sobre todo chicas del interior, del campo”, afirma.

¿Cómo te sentiste cuando empezaste a dar entrevistas?

“Fue muy fuerte ver que me decían la primera bagualera trans de los Valles Calchaquíes Salta que anda cantando coplas, aunque hay otras chicas que cantan, pero están olvidadas y nunca han tenido la oportunidad de presentarse a cantar por el miedo al qué dirán, ¿entendés? Yo me hice fuerte, a pesar de los golpes que una pasa, las situaciones en la familia, la discriminación de la gente, he tratado de superar y ahora que tengo la oportunidad de cantar, lo he hecho con la frente bien alta”.

¿Nos contás algo de tu género musical, la baguala?

“Acá en los valles, de la baguala siempre se canta lo que es la copla y la tonada. La copla sería la estrofa y después decimos la tonada, que se repite. En realidad sería una vidala que viene de Santiago,Tucumán. Acá en los Valles Calchaquíes se le dice tonada, copla o baguala. Y para mí es muy lindo porque acá es ancestral, viene de generaciones en generaciones. Se está perdiendo mucho y la gente joven no la canta, la gente grande nomás. Siempre es un sentimiento, cantamos a veces la pena que uno tiene o por ahí de alegría. Esas cosas mayormente son las coplas”.

¿Cómo seleccionás las coplas?

“Muchas de las coplas que canto son tradicionales. Son de acá, de los mismos cantores. Cantan tanto mujeres como hombres. Hay coplas que yo las hice, tengo varias de mi autoría que quizás más adelante las pueda registrar. Después hay otras coplas que las voy cambiando porque acá las coplas son muy machistas. Al principio cuando yo iba a las ciudades cantaba las coplas que se cantan acá y hay algunas que son muy fuertes. Una vez canté una que es muy muy fuerte y fue el murmullo de la gente. Era algo así como vos matás tu mujer y yo mato mi marido. Eso se canta acá, pero en la ciudad resultó muy fuerte. Entonces decidí empezar a cambiarlas, y la mayoría de las coplas las voy cambiando yo a esas que son las tradicionales. Últimamente lo que estoy haciendo es cantar coplas sobre la diversidad. Me enfoco mucho en eso hoy en día. Esas son de mi autoría.”

Además de presentarse con su caja a cantar en Salta capital y Buenos Aires, la han invitado a varios festivales y encuentros en diferentes ciudades de Tucumán, Santiago del Estero, Salta. Afirma que siempre que la invitan ella acepta, porque le sirve para difundir su arte, además de tener la oportunidad de trabajar para ganar algo de dinero. Dice que fue una gran satisfacción cuando empezaron a pagarle un cachet por su participación; además de la ayuda económica que representaba, lo sintió como un reconocimiento a lo que ella hace.

Un logro muy importante para ella fue poder cantar en los escenarios de su región, y así nos relata esa experiencia:

“Estuve cantando en la Serena a Cafayate. Fue de un día para otro. Vieron que estaba haciendo muchas cosas, que aparecía en youtube y esas cosas. Me llama el intendente de Cafayate diciendo que quería que yo esté en la Serenata. Y eso fue algo que yo nunca pensé, llegar a cantar en serenata, ¿entendés? Tenía un grupo de amigas que estaban acompañando y tuve que armar coplas para cantar, que sean referidas a la serenata y prepararme. Y después una amiga llamó a la radio diciendo que averigüen si era verdad que Lorena Carpanchay iba a estar en serenata y resultó muy fuerte porque me han empezado a llover llamadas de diferentes partes de la Argentina para ver si era verdad que una chica trans iba a estar en serenata y más que es coplera. Me llamaron de varios lados, de un canal de televisión, tuve que viajar a Salta para una entrevista, me llamaron de radios. Eso fue muy fuerte porque nunca me imaginé cantar en un escenario tan imponente y con tanto público, tan tradicional de acá del valle. Y después justo también surgió la posibilidad de cantar en la Vendimia de Animaná, que también fue muy lindo porque cada escenario que una va es diferente el público. También me ayudó mucho para seguir haciéndome conocer.”

¿Cómo ha repercutido en tu vida tu trabajo de cantante en los últimos años?

“Al transitar estos 5 años yo he ido perdiendo muchas amigas, en el sentido que me han dejado de hablar por lo que yo estoy haciendo. Pero como yo digo, es mi vida y la tengo que aprovechar. Algún día entenderán. Hoy en día mi familia, mis hermanos han entendido mucho de lo que yo hice porque ellos nunca han pensado que yo haga tantas cosas y me conozcan a nivel nacional. Mis padres son de esa gente a la antigua, de a poco me van aceptando. Siempre me tratan con el nombre anterior, con el que me pusieron, pero yo no me pongo mal”.

“También soy artesana. Ya de grande aprendí a tejer, cuando volví de Buenos Aires. La ciudad me dio cosas lindas, pero decidí volver a mis raíces. Mi mamá siempre hizo artesanías, entonces ella me enseñó a hacer cosas en el telar que siempre hago, como chales, chalinas, ruanas, y eso me incentivó. He vendido acá en la plaza de Cafayate y también he llevado a lugares donde me invitaron a cantar. Cuando tengo oportunidad también vendo por intermedio de las organizaciones”.

¿Cómo fue conocer el movimiento LGTTB+?

“Entrar al mundo del movimiento LGBT fue muy lindo. Yo nunca había militado, me acerqué ya de grande. Yo los veía en Buenos Aires pero no sabía que había tanta gente organizada aquí en Salta.  En estos 5 años yo aprendí mucho. Desde que me acerqué a los movimientos LGBT he hecho muchas nuevas amistades, algunas ya son mi familia.”

¿Y en Cafayate?

“Este año hemos podido armar una organización acá en Cafayate. Hace poco que la estamos armando. Se llama MTA Diversa de los Valles Calchaquíes Cafayate San Carlos Salta y estamos trabajando con Mujeres Trans Argentinas a nivel nacional. Empezamos después del 28 de junio y nuestro objetivo es poder trabajar por nuestra comunidad”.

¿Cuáles son tus proyectos actuales?

“Me están saliendo muchas cosas lindas. Este año con la pandemia igual me han salido oportunidades que no las estoy desaprovechando. Junto a Joaquín González hemos hecho un corto independiente que se llama Transcendente, que cuenta mi vida como una chica trans acá en Cafayate. También he trabajado mucho con la aplicación zoom. Estoy trabajando con Unidos por la Música, con una productora de Buenos Aires que es lo más lindo que me está pasando porque somos hasta ahora ocho artistas de diferentes partes de la Argentina y estamos trabajando para hacer un video y un disco. La idea es poder promocionar y que el próximo año podamos estar en los diferentes escenarios de la Argentina y se haga visible lo que estamos haciendo. También Susy Shock me llamó para armar un literario de música. Son varios meses de trabajo entre varios artistas.”

¿Qué te gustaría en el futuro?

“Quiero seguir haciendo videos porque sirven mucho para visibilizar todo lo que yo hago. Un sueño es quizás más adelante poder grabar yo mi propio disco. Otro sueño es poder refaccionar mi casita que está hecha toda de piedra y trabajar con turismo porque donde yo vivo es muy lindo. Todavía tengo mucho para dar. Recién empiezo en mi vida, en mi carrera, tengo mucho para contar.”

Fotos: Natalia Roca para Fondo de Mujeres del Sur

UNA LUZ CAPAZ DE

TRANSFORMAR LOS

DÍAS VENIDEROS

“Fabio Zerpa tiene razón
Hay marcianos entre la gente
No sé qué quieren ni de dónde son
Ni que hacen aquí en la Tierra”.
ANDRÉS CALAMARO

Yo creo en los OVNIs. Siempre he creído y la vida me ha ido llevando, sin querer, a relacionarme con personas que han tenido avistamientos y experiencias ufológicas. Todo comenzó cuando se mudaron al departamento donde vivo una chica y su novio, que venían de Córdoba. La casa es grande, con varios cuartos, donde convivimos distintas personas. Todos compartimos la cocina, el baño y el salón principal. Un día, entre las facturas de luz y teléfono, llegó un sobre dirigido a ellos, con un membrete en el remitente que decía: CENCEX (Centro de Contactos Extraterrestres) y una dirección en Capilla del Monte. Les llevé la carta y les comenté que me había llamado la atención el remitente de la misma, ya que estaba muy interesado en el tema. Me hicieron pasar a su habitación y lo primero que vi fue un enorme muñeco inflable plateado del extraterrestre de Roswell, como decoración. Los dos tenían alrededor de 35 años. Ella se llamaba Mariana, tenía el cabello corto y unos enormes anteojos que le daban un aspecto intelectual. Él, Leandro, parecía menor que ella. Era un muchacho de cutis trigueño y pocas palabras. Me contaron que ellos eran miembros del CENCEX y habían viajado a Buenos Aires con el solo fin de entrevistarse con el mítico ufólogo, parapsicólogo, actor e historiador Fabio Zerpa, y que después volverían a Capilla del Monte. Mariana no era cordobesa sino chaqueña. Siendo adolescente en Resistencia había salido una cálida noche de verano, a la madrugada, a la vereda a tomar fresco y mirar las estrellas. En eso vio en el cielo, moverse una luz. No le dio importancia, ya que al principio creyó que era un avión, hasta que recordó que solo había dos vuelos a Resistencia, uno a las 8 de la mañana y otro a las 8 de la noche. A los cinco minutos pasó otra luz pero en dirección opuesta y le llamó más la atención, hasta que una tercera luz vino de la nada y se frenó en el cielo junto a una estrella brillante. Esa estrella, que estaba en reposo, arrancó una impensada trayectoria hacia otra dirección. Asustada, volvió a entrar a su casa, pero a partir de ese día no dejó de investigar el fenómeno OVNI, leyendo los artículos que publicaban las revistas sensacionalistas. De esa manera lo conoció a Leandro. Él había publicado un aviso en la sección “Correo de Amigos” de la revista Semanario que decía lo siguiente: “Estoy interesado en mantener correspondencia con personas de todo el país que hayan tenido experiencias con OVNIs. Solo casos reales. Seriedad y discreción. Escribir a ufolovers@hotmail.com”. Mariana escribió un mail de inmediato relatando su vivencia y a los pocos días recibió la respuesta de Leandro, contándole su testimonio:
“Hola Mariana. Gracias por escribirme y contarme tu experiencia. Me llamo Leandro y soy de Capilla del Monte, en la provincia de Córdoba. Supongo que habrás leído o visto en la televisión que en esta zona hay mucha actividad OVNI. Mi historia con el tema es la siguiente: una noche, cuando yo tenía 9 años, mi madre salió a tirar la basura en un pozo a unos 100 metros de la casa en el campo donde vivíamos. Cuando volvió a la casa, estaba blanca como un papel y tartamudeando, nos contó que, llegando al pozo, se le apareció un objeto que levitaba y que emitía luces de varios colores y de gran intensidad, para luego desaparecer en el horizonte a una velocidad altísima, sin emitir sonido alguno. A los pocos minutos llegó a casa un compañero de trabajo de mi viejo, que estaba muy asustado y nos contó que un objeto luminoso le pasó rosando velozmente cuando estaba viniendo y que el motor del tractor bajo de revoluciones. Nunca pude olvidarme de lo ocurrido esa noche, y me la pasaba dibujando platos voladores en los cuadernos escolares. Muchos años después, cuando ya estaba en el secundario, fuimos en enero con un compañero del colegio al mirador del camping Witcoin y subimos para sacar algunas fotos al Cerro Uritorco. Vimos unas luces que parecían flotar sobre la vegetación y, en un momento, desaparecieron entre las rocas. Sacamos unas fotos, no muy buenas, pero que registraron lo que presenciamos”.
Después de ese primer mail, Mariana y Leandro empezaron a chatear regularmente por MSN. No solo compartieron su pasión por la ufología, sino que además coincidieron en otros gustos, como la vida al aire libre y el scoutismo, hasta que decidieron conocerse. Él la invitó a realizar una excursión al Cerro Uritorco que ella aceptó, y, aunque no vieron nada fuera de lo común, se terminaron poniendo de novios. Leandro le presentó a Don Carlos, el fundador del CENCEX, un veterano de 70 años, descendiente de comechingones, que viene estudiando el fenómeno OVNI en la zona desde la década del 60. La carta que llegó a nuestra casa era de él, ya que es amigo personal de Fabio Zerpa y quería, además de enviarle sus saludos, informarle que los miembros del CENCEX estaban planeando una excursión nocturna al Cerro Uritorco en búsqueda de la entrada secreta a la ciudad intraterrena de ERKS.
-¿Qué es ERKS? —pregunté.
—Don Carlos te podría dar una respuesta más acertada. Él es el especialista, no nosotros — me respondió sintéticamente Leandro, lo cual avivó aún más mi curiosidad.
—Me gustaría mucho hacer esa excursión con ustedes.
—Genial. Estás invitado. No podemos asegurarte que encuentres lo que esperás ver, pero la única forma de saberlo es viviendo la experiencia. Saldremos en micro desde Retiro en una semana. En Capilla nos reuniremos con Don Carlos y haremos el ascenso a pie. Tené en cuenta que son más de 3 horas de caminata y hace mucho calor. Tenés que estar muy bien de piernas, fuerte, y con mucha voluntad. Llevate ropa y calzado adecuados. El camino es muy largo y cansador, pero no es imposible y es disfrutable al máximo.
La semana se pasó volando, pero el viaje en micro a Capilla del Monte se me hizo eterno. Don Carlos nos esperaba en el parador. Era un hombre amable y de rasgos duros. Nos llevó en una camioneta hasta su casa donde preparamos todo para salir al día siguiente. Armamos nuestras mochilas con bolsa de dormir, abrigo ligero (porque al amanecer refresca), protector solar, una vianda y bastante agua. Cargamos las cámaras y los teléfonos para poder tomar buenas fotografías, y las linternas para iluminar el camino, de ser necesario. El plan era partir a la 1.30.
A la otra noche, Carlos nos llevó con la camioneta hasta la base del Cerro Uritorco a 1100 metros de altura: un lindo paisaje por dónde pasa el río Calabalumba. El restaurant que se encontraba ahí tenía unos baños que estaban descuidados y muy sucios, pero Carlos nos recomendó ir igual, ya que el recorrido era muy largo y no había baños. Para poder ascender, era obligatorio estacionar la camioneta y pagarle a un personaje con aspecto y modales de patovica que habitaba una garita, y además había que abonarle un monto por persona para subir al cerro. La verdad, me pareció un robo. ¿Por qué hay que abonar para subir un cerro que, según la constitución, tengo derecho a recorrer? Pero finalmente no pagamos nada, ya que el hombre de la garita conocía a Don Carlos y nos permitió ascender después de firmar la documentación correspondiente, a cambio de contarle todo a nuestro regreso. Empezamos a subir ayudándonos con palos. El camino era de piedras y bastante complicado. Aproveché estos primeros momentos, donde la energía todavía estaba a pleno, para hacerle a Don Carlos todas las preguntas que tenía sobre ERKS.
—Es una ciudad que está en otra dimensión manejada por seres del Gobierno Central Celeste.
Esto quiere decir que es como una Central de Comunicación Cósmica Intergaláctica que no solamente da información a los planetas de esta galaxia, sino que también sería el primer epicentro energético de este planeta. ERKS quiere decir: ENCUENTRO DE REMANENTES SIDERALES COSMICOS. Aparentemente, hace 21.500 años fue creado por el Consejo de Ancianos de la Galaxia. Se han podido ver caminando por el cerro a hombres que desaparecían entre las piedras sin dejar rastro alguno. Según parece, estos seres provenían del fondo de la tierra, de la ciudad intraterrena de ERKS.
—No entiendo, ¿se puede llegar a esta ciudad?
—Tampoco hace falta ir a la zona para entrar a ERKS. Es una conexión, un contacto con uno mismo, sentirse en un lugar muy especial, muy profundo y misterioso en donde por la noche se pueden ver muchas cosas. El enigma de esto es que aquel que sea autoconvocado será guiado al lugar y tendrá la oportunidad de que se le abra la única puerta física que tiene ERKS. La ciudad tiene 7 portales: 6 son etéricos y uno solo, físico. En la antigüedad mis antepasados los Comechingones y descendientes de Atlantes eran sacerdotes a cargo de la custodia de esa ciudad intraterrena. Hay personas que han podido contactarse físicamente con estos sacerdotes, como ocurre en la Posta del Silencio. Siempre he estado interesado en ERKS y sé que me he acercado a los portales. Lo que ocurre es que a veces hay cosas que todavía no han sido comunicadas para difundirlas. Esto no es porque uno no quiera contar o sea mentiroso, sino porque son cosas que se manejan desde otros planos y hay que respetarlas.
Seguimos el trayecto en silencio. Nuestros ojos ya se habían acostumbrado a la luz de la luna y casi no necesitábamos usar las linternas. Llegamos al primer descanso: el Parador del Caminante, que está a 1137 metros de altura. Nos llevó alrededor de 30 minutos esta primera etapa del ascenso. Necesitaba parar un poco y tomar agua. En el descanso había una persona practicando yoga. Hacía el asana del Saludo a la Luna y al mismo tiempo entonaba un mantra que nunca había oído. Nos sentamos y descargamos nuestras mochilas, tratando de no hacer ruidos ni molestar a la persona en su práctica. Me quedé observando cómo la hacía. Solo podía ver su silueta recortada en la noche. Era esbelto, con el cuerpo trabajado por esa disciplina: elástico y flexible. Todos sus miembros eran alargados y su piel reflejaba el brillo se la Luna. Llevaba el cabello muy corto, una musculosa de “StarTrek” y unos shorts. En un determinado momento pareció percatarse de nuestra presencia, rotó la cabeza hacia nosotros y sonrió. Una vez que concluyó su serie, se acercó y le tendió la mano a Don Carlos. Se conocían de alguna parte. Bueno, creo que todos en la zona lo conocerían al viejo, más aún si estaban interesados en las historias del Cerro. Carlos nos presentó como sus discípulos. Le dio un beso en la mejilla a Mariana, le estrechó la mano a Leandro, pero a mí me besó muy cerca de la comisura de los labios, y me hizo sobresaltar. Me miró con sus ojos claros que transmitían mucha paz e inteligencia, y me habló con acento extranjero:
—Hola. Mi nombre es Jon. Conozco a ellos. ¿Cuál es tu nombre?
—David.
—Mucho gusto. Yo vengo de Estados Unidos hace varios años. Busco paz espiritual. Conozco a señor Carlos, gran maestro.
Se sentó junto a nosotros y mantuvo una charla trivial con Carlos, acerca del ascenso. Conjugaba todos los verbos en presente y me costaba entender si lo que contaba era algo que estaba pasando, que ya había pasado o que podría llegar a suceder. Todo el tiempo durante la charla me miraba y me sonreía. Yo le devolvía las sonrisas pero me hacía sentir un poco incómodo. Creo que me estaba empezando a gustar.
Don Carlos dio por terminado el momento de descanso y dijo que nos alistemos para seguir el ascenso hasta la próxima posta. Jon se nos unió. Naturalmente fue caminando a mi lado y ayudándome en el ascenso. Él no llevaba otra cosa más que un mat de yoga y una cantimplora con agua. Tenía la agilidad de una cabra y me fue arengando a seguirle el paso. Al poco tiempo habíamos dejado al resto del grupo atrás, que iban acompañando el ritmo más lento de Don Carlos. Jon me sonreía todo el tiempo. Creo que tenía ganas de preguntarme o contarme muchas cosas, pero por falta de vocabulario se limitaba a sonreír, hasta que dijo:
—Me gusta tu nombre: David. Significa amado o enviado por Dios.
—No sabía. Yo soy de Buenos Aires. ¿De dónde sos vos?
—Estados Unidos.
—Sí, ya sé, pero Estados Unidos es muy grande.
—Vivo hace mucho acá. No recuerdo mucho allá.
—¿Tuviste algún encuentro cercano, alguna experiencia con OVNIs, o luces?
—¡Ja, ja! Todos los días.
—¿Todos los días? Yo no vi nunca nada. Me gustaría ver y saber. Por eso hice este viaje.
—Las personas quieren ver o saber algo. Algunos son autoconvocados desde otras partes del mundo. Hay 7 epicentros energéticos: el principal es ERKS. Un canal de ERKS va al Tíbet, a Shambala. Otro a Asgar, en Rusia, que es ciudad metafísica; otro a Tula, México (ciudad de los Mayas); otro en los Pirineos (entre Francia y España); otro frente de la gran pirámide, en monte Pérsico y el último al frente del Machu Picchu, la ciudad del Miztitlan (la ciudad de los Hombres Sabios). Así completa una obra espiritual y metafísica de hermandad entre los hombres.
—Pero, ¿vos llegaste ahí? ¿Se necesita alguna preparación especial para llegar?
—Preparación es simple. Digo mantras que están escritos en idioma Cósmico. Uso collar de 21 ágatas. Representan al Gran Consejo Galáctico.
Sacó el collar oculto bajo su musculosa, lo desprendió de su cuello y lo depositó entre mis manos. Las piedras brillaban en la noche, como pequeñas luces de led. Juntó sus manos alargadas, blancas y huesudas a las mías, sosteniendo el collar entre los dos, y sentí un subidón de energía, como si hubiese consumido alguna droga alucinatoria o una planta de poder. Quedé en ese estado de éxtasis unos minutos, mientras él me acariciaba los brazos, hasta llegar a abrazarme. Sentí su pecho contra el mío y tuve una erección instantáneamente. Sus manos me siguieron recorriendo en un masaje tántrico reconfortante, su cuerpo estaba muy cerca del mío, tanto que podía sentir la brisa cálida de su respiración. No sé cómo habíamos llegado a ese momento y cómo fue que Jon pasó de tener una charla casi científica o metafísica, a estar tocándome de esa manera, pero, por alguna extraña razón, no me pareció desubicado. Creo que yo lo deseaba desde el primer momento en que lo vi, y algo en mi interior aguardaba secretamente que el tomase la iniciativa. Yo no tenía voluntad, me entregaba al placer de sus caricias, hasta que, después de un rato, logré reaccionar y besarlo en los labios. Jon recibió mi beso abriendo su boca para dejar pasar mi lengua húmeda, que jugueteaba en su cavidad bucal, proporcionándome esa mezcla de placer sexual con enamoramiento espiritual. Deslicé mi mano derecha por su pecho plano, la bajé por su abdomen firme y la deslicé hacia adentro de su short. Para mi sorpresa, sus genitales no eran como los míos, eran los de un varón transexual, y, si bien nunca había tenido relaciones con un hombre trans, no me presupuso ninguna clase de duda o confusión. Quería que hagamos el amor, porque lo que estaba sintiendo era eso: amor. Jon prendió a mi cuello el collar de ágatas, extendió el mat de yoga en el piso, me quitó la remera y los pantalones. Mi pene se alzaba hacía la brillante luz de la luna. Suavemente me recostó sobre el mat, y él se posó desnudo sobre mi cuerpo, acariciando mi sexo con sus manos cálidas, frotándolo contra el suyo. Nos dimos unos besos que nunca podré olvidar, y como una ola inmensa, surgida del mar de nuestros vientres, estallamos en un orgasmo conjunto, como si la ola rompiera contra las enormes rocas de un acantilado. Y ahí, en ese momento, vi las luces. Al principio eran pocas pero cada vez fueron más. Unas eran plateadas como un espejo, otras azules como el lapislázuli, otras doradas como el oro y, en conjunto, brillaban con un color desconocido por mí. Las luces nos envolvían y levitábamos abrazados, como un solo cuerpo astral. El orgasmo seguía fluyendo en pequeños espasmos sincronizados entre Jon y yo. Y la sensación de placer físico dio lugar a una llama de amor universal, cósmico, capaz de abrir los 7 portales. Sentí una enorme alegría porque había entrado en otra frecuencia, que se encontraba en un lugar muy especial del Planeta Tierra, y que me llevaba a un encuentro conmigo mismo. Los ojos celestes de Jon parecían antorchas de lapislázuli y clavando su mirada en la mía me dijo:
—David. Sos el elegido. El autoconvocado. Tu energía vital, tu amor, tu luz, hace despertar este epicentro del planeta y activa todos los vórtices. Abre el portal etérico y vuelvo a ERKS. Soy de ERKS, no de Estados Unidos. Necesito tu amor para poder regresar. No puedo decírtelo antes. No quiero mentir. Tenés que descubrirlo vos en tu interior. Mi amor, mi llama está en el collar. Me quedo con vos en el collar, para siempre, aunque estoy en ERKS.
Su cuerpo perdió peso, se convirtió en energía pura y brillante. Su luz me dejó ciego hasta que me sumió en la oscuridad. Desperté al amanecer. Estaba recostado sobre el mat de yoga de Jon. Llevaba puesta su musculosa de Star Trek, sus shorts y el collar de ágatas colgado del cuello. Me sentía mareado, como con resaca, pero el logro y la paz que respiraba me hicieron reencontrarme conmigo mismo. A unos metros alejados de mí estaban Don Carlos, Mariana y Leandro. Junto a ellos, un cartel anunciaba que habíamos llegado a la Posta del Silencio. No sé cómo, ni en qué momento había llegado allí. Don Carlos se acercó, se agachó y me dio de beber agua. Tenía la garganta reseca.
—¿Estás bien? ¿Te sentís con fuerzas para seguir el ascenso? Nos faltan tres descansos más hasta llegar a la cima a 1979 metros.
Asentí en silencio. No podía hablar en ese momento. No sabía si lo que había vivido era real o si había sido todo un sueño. Guardé su mat de yoga. Nadie hizo ninguna pregunta acerca de Jon y por qué yo tenía sus cosas. Todos callaban y ese silencio me hacía dudar más. Seguimos el camino. El sol empezó a estar cada vez más fuerte y a hacer mucho calor. Yo lo miraba a Don Carlos esperando algún tipo de respuesta a una pregunta que era incapaz de formular. Él entendió mi mirada, o ya conocía de antemano lo que tenía que develarme.
—No es casual que estés acá. Nos enviaron a buscarte. Yo sólo llevo a las personas a la zona, pero después cada uno va a sentir lo que tiene que sentir. Algunos no sienten nada. Los que están cerrados de corazón y mente no van sentir nada. Pero el que llega abierto va a sentir muchas cosas.

PETER PANK

Actor, performer, director, profesor de teatro, realizador cinematográfico, cantante y escritor. Estudió cine, actuación y dirección teatral. Dirigió los cortometrajes “Naturaleza Muerta” (1989), “Qué hacés esta noche?” (1990), “Batato/14 pavos reales” (1992) y codirigió junto a Goyo Anchou el largometraje documental “La peli de Batato” (2011), sobre el icono underground Batato Barea. Formó parte del Cineclub La Cripta (dedicado al género fantástico y de terror) y actuó en los films: “Safo” (Anchou-2003), “Tierra: Infierno” (Navón, Moguillansky-2003), “Mondo Psycho” (Mad Crampi-2006), “Nadie inquietó más” (Mendoza- 2008) y “Rojo Sangre” (Aguilar-2009), “Un viernes negro” (ToyBoys, 2011)

En teatro trabajó como actor bajo la dirección de Cipe Lincovsky, Daniel Ritto, Leandro Rosati, Mosquito Sancineto y José María Muscari. Dirigió las obras “Los poseídos entre lilas de Alejandra Pizarnik” (2000/2001), “La última nieve” sobre textos de Sylvia Plath (2002), “Kabaret Elektro Pank” sobre textos de Vera Váldor (2005 y 2019) y, junto a Gaby Berardi, “Las sangrientas hijas del Dr. Lecter” (1996/1997) y “¡Muere, perra, muere! (1998). Sus últimos trabajos como director fueron los unipersonales “Gracias por el después” (2013), “1990 Noches” (2014-2019) y “Cristal (Estallado)” (2019). Vuelve a actuar en 2016 en “Plagamante” de Charlee Espinosa.

Publicó las plaquetas de poesía: “Confituras amargas (cuentos para niños)” (2006, editora Color Pastel) y “La música del tren fantasma” (2011, Proveedora de Droga editora). En 2011 publicó su primer libro “Está en la sangre (crónicas de Richard Trenton Chase, el vampiro de Sacramento)” por Tocadesata Ediciones. Además de los cuentos “Rojaijú” (2013) y “El polaquito de Lanús” (2014) en dos antologías de la Editorial Eloísa Cartonera. En 2017 edita su primera novela “Tarzán Boy” por la editorial Milena Caserola. En 2019 edita la novela corta “Por favor, no escuches el CD” (Editorial Saraza).
Al frente de su banda electro-teatral “Peter Pank & los chicos perdidos” grabó tres E.P.: “Electro-Pank” (2008), “No soy tu novio” (2012) y “Androginia Perfecta” (2017). Editaron dos álbumes: “Demolición” (2014) y “Neverland Bizarro” (2016)


En 2017, Peter nos visitó en el Festival para la presentación de su novela Tarzan Boy, con los comentarios amorosos de Cesar Tisocco junto a Male Rivero (Dra Skarnia) y la performance de Mortimer Candy, en el Asentamiento Fernseh. «Una novelita pulp que rompe los límites que separan a un género de otro. Un pastiche conformado por distintas voces, guiado por la canción de Baltimora, con aires a Puig; y como si fuese un homenaje a él, a los 80, a la cultura pop y clandestina del pasado, Peter Pank nos abre las puertas de su universo de aventuras, donde no falta nada, desde los sobrevivientes de Malvinas hasta las pajas en los cines donde se proyectaba a un Tarzán multisexual acompañado de James, un chico-chica» (Facu Soto)
También le pudimos escuchar compartiendonos sus canciones en la fiesta de cierre de esa 7º edición.

Conocernos, encontrarnos, dialogar, compartir, potenciarnos, poner en tensión nuestras maneras de vivir, desear y celebrarnos. Tejer redes afectivas con otr*s. De eso se trata el Deleite. Por eso en esta edición queremos presentarles a otros festivales LGTTBIQ+ con quienes construimos nuestros existenciarios.

Festival de Arte y Cultura LGBTIQ+

Tafí Viejo, Tucumán Desde 2016

Festival de prácticas artísticas y culturales vinculada a la expresión de la comunidad LGBTIQ+, tanto de sus creadores como de otr@s artistas que aborden la temática en sus producciones

QUE NOS ENCUENTREN JUNTAS

Las Minervas en Uruguay

Esta sección invita a realizar un recorrido por nuestra América, Abya Yala, recogemos experiencias de organizaciones, artistas, festivales LGTBIQ y se las compartimos

Minervas es una colectiva feminista de Uruguay que viene realizando diversas actividades culturales, entre ellas un taller de escritura coordinando por nuestra querida Susy Shock, cuyas producciones serán publicadas próximamente en un libro de distribución gratuita gracias al apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo.

Les compartimos un poco de su historia, lo que piensan sobre los feminismos, la organización, el activismo de las disidencias sexuales y cómo llegaron a armar el taller de escritura para mujeres y disidencias. Conversaron con nosotr*s: Tamara Tabárez, Lety Ramírez y Camila Napiloti.

Encontrándose con el feminismo

Cuentan Tamara, Lety y Cami que, en 2012, varias compañeras que participaban de organizaciones Esta sesión invita a realizar un recorrido por nuestra América, Abya Yala, recogemos experiencias de organizaciones, artistas, festivales LGTBIQ y se las compartimos sociales, de la universidad, del cooperativismo, de sindicatos decidieron poner en común las incomodidades que estaban sintiendo en sus respectivos espacios. Es así que se juntaron a leer, a compartir vivencias y a darse cuenta que, en definitiva, lo que les pasaba tenía nombre. Así comenzó Minervas.

Vale decir que, en ese primer momento, no se percibían como un colectivo feminista sino de mujeres, dado que el feminismo de esa época tendía a ser demasiado institucional, un feminismo onegeista que les hacía mucho ruido. En esos encuentros, decidieron recuperar los nombres e historias de mujeres que habían quedado perdidos y fue en esa recuperación que lograron encontrarse entre ellas, “encontrándose con el feminismo”.

Se trataba de empezar a tomar la voz, por lo que el comienzo fue, en sus propias palabras, “muy para dentro”. Así se gesta lo que sería una de los pilares fundamentales de Minervas: la autoconciencia. En efecto, para las Minervas una parte fundamental de hacer política es mirarse entre sí y hacer de lo personal lo político.

En octubre de 2014, se hizo el Primer Encuentro de Feminismos del Uruguay en el que acordaron que era necesario “poner en movimiento el movimiento”. Se articula entonces la Coordinadora de Feminismos del Uruguay y se inician lo que llamaron las alertas feministas, la salida a manifestarse al espacio público después de cada femicidio. De esta manera conseguían hablarse a ellas mismas y hablar a la sociedad para denunciar lo que estaba pasando, visibilizando la violencia, tomando las calles y “haciendo política desde allí”. La creación de esta coordinadora significó para las Minervas una verdadera “explosión”, pues pasaban de un trabajo que describen como muy interno a estar todas las semanas en la calle. Dicen al respecto: “Poner el cuerpo cada vez que mataban a una mujer en Uruguay fue un montón, pasar por el cuerpo toda esa violencia que estaba invisibilizada”.

En 2015, entonces, organizaron por primera vez el 8 de marzo desde esta nueva coordinadora. En ese mismo año –recuerdan– fue también el primer 3 de junio en el que se hicieron marchas masivas en toda Latinoamérica. A partir de estas marchas se fueron acercando a las compañeras que se estaban organizando en otras localidades del interior de Uruguay en lo que llamaron la Caravana feminista. De esos acercamientos, conversaciones, formaciones y autoconciencias en conjunto se fue generando una red que, luego, a finales de 2018, se constituiría como Red de feminismos populares y desde abajo.

En 2018 también se presentó en el parlamento la Ley Trans, promovida por distintas organizaciones sociales LGBT. Esta ley despertó una fuerte reacción de la derecha que terminó activando una junta de firmas en su contra. Ante esto, Unión Trans (UT) –colectiva que promueve la defensa de los derechos de las personas trans, el acceso a servicios de salud y una sociedad que integre por la igualdad de las personas trans– convocó a demás organizaciones de la sociedad civil ante la urgencia de hacer escuchar su voz la cual nadie estaba teniendo en cuenta. “Fue una discusión muy importante para Minervas porque el horizonte político no es ni va a ser nunca una ley, nunca lo fue… pero entendimos que nuestras compañeras, compañeres, hacían un llamado a las diferentes organizaciones a conformar la Campaña Nacional por una Ley Integral para personas trans y fuimos a acompañar y a apañar ahí”. “Fue encontrarnos, formarnos y empezar a pensar desde el transfeminismo, cómo acompañábamos esa lucha siempre acompañando y no tomando la voz, porque la voz en esa campaña era de las personas trans”.

A partir de allí, entonces, Minervas comenzó a activar junto con las compañeras de UT, y también con Uruguay Celeste, Deporte y Diversidad / TBU (varones trans), y con colectivo Multimostro entre otros. El 8 de marzo siguiente a esa articulación, Minervas decide hacer instancias previas con UT.  Fue en 2019 entonces que se gestó el taller que coordinaría Susy Shock.

 

El feminismo como una construcción que se va abriendo siempre

Cuando se les pregunta sobre qué feminismos construyen y cómo se articula con la disidencia sexual, las Minervas traen a colación algunas actividades que fueron importantes para definir eso. Un ciclo de arte y disidencias (del que participaron, por ejemplo, Susy Shock y Cristian Pietro), actividades en la casita o el Meneo disidente. De esta última reconocen especialmente su potencia, una fiesta autogestiva que organizaron con Traidores de papá –un grupo de varones antipatriarcales– y de la que participaron, entre otr*s, Susy Shock, Rebelión en la Zanja, La Mare, Bife. A partir de la fiesta se abrieron diversas discusiones, “de las discusiones más mínimas como instalar baños que fueran para todes hasta pensar dinámicas de cuidado y autocuidado en que todes nos pudiéramos sentir cómodes”. En definitiva, un espacio que fuera de disfrute y goce pero también un espacio político, para todes.

Otra instancia importante fue la huelga feminista de 2019, en la que surgieron debates dentro de la coordinadora que apuntaban a preguntarse cómo llegaban a ese 8 de marzo. En razón de esto resolvieron las Minervas entonces que una de las actividades fuera con Unión Trans. De hecho, terminan marchando junto a UT. Esto marca para ellas una apuesta política dentro de la movilización misma a la que llaman “Que nos encuentre juntes”. En efecto, esto no era menor en ese momento en que había movimientos contra las compañeras trans dentro incluso del feminismo. En ese sentido, las Minervas insisten en que “tejer desde las actividades pre-marcha fue muy potente para pensarnos como feministas y con otres”.

Plantean que el feminismo que estaban queriendo construir era uno que no detentara poder de exclusión, sino que se alimente de alianzas insólitas –como dice María Galindo, con quienes las Minervas han compartido espacios–, un feminismo que pueda articular desde la diferencia, multiplicando la lucha. Acuerpándose “y más en estos momentos de avance rancio de la derecha”. Se trata, en definitiva, de construir teniendo en cuenta la gran diversidad del grupo, laburando desde la diferencia que habita ese colectivo; con un pacto ético-político determinado, estableciendo algunos límites, pero un feminismo que se define como en permanente construcción que se va abriendo.

Para llegar a algunas definiciones, desde 2016 se fueron proponiendo instancias de formación interna, de debate y de encuentro artisticos-politicos que instalan el tema en la discusión colectiva. Cuentan las Minervas, además, que ha sido muy enriquecedora la presencia de Susy Shock y Marlene Wayar en espacios compartidos de pensamiento. A partir del encuentro con otras y otres, se han generado muchas discusiones, las cuales tenían que ver con pasar por el cuerpo este feminismo que estaban construyendo, un feminismo popular, desde abajo,  que está  generando siempre diferentes redes y articulaciones y no un feminismo cerrado o a la defensiva. “Hemos pensado mucho ¿cómo son los espacios que tenemos y quiénes son nuestras interlocutoras?, desde la clave “Estamos para nosotras/es”, “Hay momentos dolorosos como las alertas, pero no son simplemente de duelo, son espacios de lucha, de celebrar que estamos construyendo redes y que estamos en la calle. A partir de esto es que nos vamos construyendo, un feminismo popular, abierto y que se teje con otres”.

A propósito  de la lectura política de las disidencias dentro de Minervas ha sido un proceso de discusión y pensamiento colectivo impulsado originalmente por las compañeras lesbianas dentro del colectivo, “Los recorridos que hemos tenido en estos últimos años, las actividades que hemos hecho, cuál es el feminismo del que podemos hablar hoy no hubiera sido posible sin esos primeros tiempos en que todo era mucho más difícil, en que se entendía la disidencia como un tema que había que incluir y ahora forma parte de la lectura política que estamos haciendo y eso ha sido una riqueza en cómo hemos podido construir esto: el partir de sí misma, construir desde la diferencia, cómo construir desde ahí”. Las Minervas reconocen que la tradición más visible a nivel nacional de colectivos LGBTIQ+ ha sido en formas y modos institucionales durante los últimos 15 años, lo cual ha complejizado históricamente las articulaciones posibles.

 

Las estrategias político-culturales de las Minervas

Las Minervas han implementado diferentes estrategias y acciones, modos diversos de abrir debates y preguntas más allá del activismo legislativo o de modos tradicionales de hacer política. Entre ellas destacan los encuentros una o dos veces al año que se dan en el marco de la Red de feminismos populares y desde abajo. También los talleres, espacios asamblearios que generaron para la previa al 8 de marzo y al 25 de noviembre, así como las autoconciencias abiertas. A propósito de eso, dicen: “El sentido siempre ha sido poder ir tejiendo con otres que están pensándose, para ir marcando y construyendo nuestra propia voz, agenda y sentidos”.

Subrayan también que muchas de ellas están escribiendo y produciendo en diferentes lugares más allá de las actividades que hacen. Tienen, en ese sentido, la columna de Minervas en “Zur. Pueblo de voces” (Colectivo de comunicación, http://zur.uy/), y a veces surgen otras notas, otras expresiones en otros lugares. “Tiene que ver con construir sentidos desde nosotras y nosotres, más allá y más acá, teniendo en cuenta las lecturas políticas que hacemos, haciéndolas siempre sin que se nos corra de eje, no desde la reacción”. Para las Minervas, de hecho, fue un desafío poner el cuerpo y las horas en algo que tenía que ver con un proceso legislativo como lo fue la Ley Trans, pues es algo que no suelen hacer, “porque cuando salimos a la calle salimos más en esta línea de denuncia, de creación, de potenciar lo que son las redes colectivas que se pueden generar en los barrios de diferente maneras y no desde la demanda a lo estatal, no ha pasado por ahí nunca nuestro mensaje”.

Insisten además en que lo que se fue construyendo a nivel colectivo y a nivel social para que los 8 de marzo explotaran no fue espontáneo sino que tuvo que ver con una construcción de orden simbólico: “Estuvimos y estamos en las calles cada vez que asesinan a una mujer cis o trans o a una niña. Estamos ahí diciendo que nos están matando; y no terminó cuando hicieron la ley y lo nombraron como femicidio, seguimos en la calle, en resistencia y resignificando la calle”.

El taller de escritura ¿existe una poesía disidente?

Entre las acciones político-culturales se destaca además el Taller de escritura coordinado por Susy Shock. Las Minervas tienen un vínculo de complicidad con ella hace tiempo con quien han realizado diversas actividades, encuentros, talleres “por el tipo de artista que es la Susy, y por cómo dice cosas con sus letras”. Es así que surge la idea del taller, hicieron una convocatoria y junto con Susy escogieron entre veinte y veinticinco personas. La idea era encontrarse y producir desde la escritura en resistencia bajo la consigna: ¿existe una poesía disidente? Tales encuentros culminaron en una actividad donde l*s integrantes compartieron lo que habían realizado, celebrando además el cierre de La Casita.

Sobre el taller nos cuentan: “El taller que propone Susy se acerca mucho a lo que son nuestras autoconciencias: habilitar espacios para la voz propia desde las diferentes vivencias, las diferentes encrucijadas, desde cómo habitamos el mundo, poder politizar desde ahí. Se entreteje con la idea de pensarse políticamente desde las disidencias y los feminismos”. Las Minervas entienden que en Uruguay lo que tiene que ver con algunos espacios tradicionalmente más visibles de lo LGTB son espacios bastantes institucionalizados y capturados por una idea de diversidad muy higienizada. En ese sentido, “generar estos espacios formaba parte de la apuesta de poder encontrarnos y politizar las posiciones que estamos habitando desde otro lugar”. Para ello tuvieron que abrir la discusión acerca de cómo hacer que ese espacio pudiera ser habitado por todes pues “no siempre los espacios se presentan de manera de que todas las personas se sientan bienvenidas. Ése es un desafío para los feminismos”, insisten.

Este año, las Minervas pretenden ampliar el espacio del taller.  Nos cuentan a propósito de esto que “el año pasado la demanda fue muy grande. Participaron varias mujeres cis, varones trans, personas no binarias, y se generó un ejercicio de aprendizaje y politización del feminismo que queremos, un feminismo que abrace, que encuentre” y continúan: “hay algo del aprendizaje de la ternura y la alegría en lo político”.

En este momento se encuentran trabajando en la publicación en forma de fanzines ilustrados de lo realizado en esos talleres y se inicia una segunda edición: “¿Existe una poesía disidente? Vol. II” también coordinada por Susy que tendrá lugar los días 26 de noviembre, 3 de diciembre y 17 de diciembre a las 18:30hrs por zoom.

Entrevista a Susy Shock

Queríamos preguntarte por el taller de escritura trans que estuviste coordinando en Uruguay primero con Ovejas negras y luego con Minervas desde 2017.

¿Cómo surge la idea?, ¿por qué un taller de escritura?, ¿cuál era la propuesta del taller? La idea surge primero en Colombia en unos talleres transfeminisas pensando exclusivamente en un público trans/travesti. Entonces, dentro de esa especificidad y del intento más gigante que es pensar si existe una poética trans/travesti o si solo somos personas trans/travestis escribiendo poesía, escribiendo literatura, eso: como un interrogante, una pregunta que todavía sigue que inclusive después la tomé, la formalicé como parte del taller… y lo sumé después a toda la disidencia. En particular me interesaba en los primeros años en Montevideo –porque lo viví también en Rosario y lo viví en Colombia– el público trans/travesti porque no tenemos una experiencia de escritura, de talleres, sobre todo en esa época no había, y me parecía súper fundamental que nos juntáramos a pensarnos, a tener una voz propia.

Ése fue también un subtítulo que volví a usar: la voz propia. Siempre leídas o siempre copiando, imitando ese exterior heterocis, entonces, ¿cuál era nuestro imaginario?, ¿dónde estaba nuestra luminosidad, nuestra propuesta de belleza?, ¿dónde va nuestro canon trans/travesti?, ¿existe un canon trans/travesti?, ¿hay que salir a inventarlo?, ¿hay que salir hacia atrás y mirar hacia atrás en realidad antes, por ejemplo, de la conquista y entender cómo en los pueblos originarios no existían las palabras “hombre”, “mujer”? Entonces ahí había un imaginario posible, un horizonte posible en donde indagar una identidad que no sea binaria. Ésas son las preguntas y desde ahí poder producir poesía.

¿Cómo fue tu experiencia del taller?, ¿qué desafíos encontraste en el taller de escritura dirigida a un público “disidente”? Fue y sigue siendo riquísimo, porque nosotras nos encontramos –sobre todo, nosotras, pero bueno–, la comunidad trans/travesti se encuentra en el activismo, en las organizaciones políticas, en la calle, pero no siempre tenemos espacios lúdicos. Inclusive nuestras formaciones –si es que las tenemos, en mínimo grado– vienen de alianzas políticas o de necesidades urgentes de sobrevivencia, de armarnos para enfrentar ese mundo hostil, pero no tenemos un espacio lúdico donde encontrarnos a pensar desde nuestras lógicas, construir un espacio donde podamos encauzar nuestras vivencias, nuestros testimonios para después reorganizarlos, para sacarle el brillo de un hecho literario, no producimos eso. No tenemos el espacio para eso. Y fue súper interesante y sigue siendo interesante porque el espacio es un espacio seguro, es un espacio de códigos compartidos con la posibilidad enorme de diferencias. Somos distintísimas, distintísimes en ese marco que nos iguala: lo trans y lo travesti. Pero esa riqueza creo que suma. Y está buenísimo también como taller la exigencia de que, si bien mi testimonio vale, tengo que hacer un hecho literario. Entonces deja de ser un testimonio para ser un hecho literario. Esa necesidad de producir desde lo que somos, desde lo que nos ha pasado, desde los dolores inclusive, desde las faltas, belleza

¿Qué es autoconciencia?

“Cuando pensamos en autoconciencia pensamos en esta tradición que ya viene de otros feminismos de los años 70, de poder politizar lo personal, generar espacios de encuentro, poner el cuerpo, trabajar desde las vivencias, y politizar desde ahí. Un espacio para ejercitar la escucha y ser espejo de la otra, para poder colectivizar: ‘no estoy sola, no estoy loca’.

Desde el inicio de Minervas, nos damos un espacio mensual en dinámica de autoconciencia sobre diferentes temas. La autoconciencia es también un modo que nos atraviesa en cómo hacemos política. El ejercicio de estos talleres es poner a jugar lo creativo, lo vivencial y hacer estas conexiones entre las singularidades y los tejes colectivos, en esta cuestión de poner el cuerpo, de desnudar, de exponer, de abrazar. “Hay algo de ese ejercicio de politización de lo que no es ni debería ser privado. Cómo construir sentidos colectivos, cómo leer desde otro lugar, qué sucede con los dolores que nos atraviesan y qué sucede con las posiciones que habitamos.”

En ese sentido, el taller ‘¿Existe una poesía disidente?’ está vinculado con la autoconciencia porque parte de allí mismo. Susy proponía partir de las experiencias. Uno de los ejercicios se llamaba ‘El beso’: Escribir acerca del primer beso, poder poner en común qué pasó con ese primer beso. A veces solo es ver las experiencias de l*s otr*s, verte reflejada en lo que estás diciendo, entender que el capitalismo y el patriarcado no es algo que le pasa solo a una, no sentirte sol*.

La casita/La casona

Las Minervas, que son alrededor de 40, empezaron reuniéndose primero en algunas casas, luego en el local de extensión de la Universidad Pública y en sindicatos. Según cuentan, allí empezaron a soñar: “éramos bastantes, más allá de ir a otros lugares, queríamos actividades propias, abrir el espacio en esta línea de ir tejiendo, que el feminismo pase por el cuerpo, disfrute, la creación, por el encuentro, generar actividades”. Con ese espíritu, alquilaron una casita-local en barrio de Aguada, la cual compartían con La escuela de Formación Popular Elena Quinteros. El lugar propio las “ayudó a pensar este espacio y de ahí que hicimos esa invitación a varios de los artistas, y también a otras personas que estaban en sintonía con cómo nos estábamos pensando como feministas, que nos brindaban otras lecturas de lo que estaba pasando para habitar el feminismo”. Es así que abrieron el espacio, prestándolo a menudo, incluso allí se hicieron varias reuniones de la Campaña de la Ley.

En diciembre o enero de este año pudieron alquilar una casa más grande, La Casona, la cual se encuentra en un lugar más céntrico, en Barrio Cordón, y por tanto más accesible. Aunque la pandemia interrumpió sus planes, ya lograron volver a reunirse allí, activando incluso una merienda popular los sábados en la plaza de enfrente de la casona.

(es)coger es político

(es)coger es político, sí, pero también es ideológico. Chuparnos el cuerpo es ideológico. Un sexo político nuestro, ni de intelectuales ni de rufianes, sino una hermosa diversidad de polvos funcionales. Y a la izquierda le pesa la diversidad, tanto como a la derecha, le alivia masturbarse con acciones solidarias. ¿Tendrías placer con un cuerpo roto, o sólo tenés para dar un paquete de fideos tirabuzones?

Los días en sillas de ruedas son todos iguales. Todo es un paisaje de un metro cincuenta. No es necesario que me griten al hablar, puedo escucharles. Soy parapléjico, no estúpido. Tener sexo con un cuerpo roto, a contracorriente de un mundo capacitista y heteropatrialcal, lo considero un acto revolucionario. Lamernos los cuerpos, es y no es amor. Cada día mi cuerpo se transforma, y con él, mis deseos, mis placeres, mis ideas y mi identidad. Podría decir que mis personalidades ya son casi o más discas que yo.

Tengo la fantasía de que tu fantasía sea la de (es)coger conmigo. Si querés puedo comprar un dildo, por si te da nostalgia. Este cuerpo roto no es un paradigma de las ciencias sociales y humanas. Tampoco un objeto de estudio. Aunque debo reconocer aún quedan muchas cosas que aprender. Si humedecés tu lengua, puedo llevarte a cosquillas nuevas.

No he tenido sexo con otra persona con diversidad funcional. Caigo en laberintos discursivos, pero tengo la suerte de que mis palabras cicatrizan rápido. Tengo intriga y calentura. Jugando con esas palabras, te digo que mi «orgasmo» viene cuando puedo ver el tuyo, si es que hablamos bajo un perfil coitocentrista. Es saber que me hacés parte de tu placer, que podemos construirlo juntxs.

Demasiado romántico todo. Quiero decirte que tu culo es muy rico. El mío es un pañal. La pasividad no es proporcional a la penetración. Tu concha es húmeda y sabrosa. Tu pija es rígida y torcida. Si me chupás las axilas, te acabo en las tetas. (es)coger me salvó la vida. 40 días postrados pensándote desnuda, con el pene erecto involuntariamente, mientras dos enfermeras lavaban mi cuerpo roto. Te veo y te la chupo.

Demasiadas ganas puestas al sexo oral. Ganas de sentir mis dedos penetrar un culo, el culo de alguien, el de otra persona. Pensar en (es)coger con vos no es algo simbólico. Rompamos la triada de: muerte, cura o heroicidad. No soy nada de eso. Puede que sea la muerte, a la que espero tranquilo. Más bien soy el deterioro. Soy hermoso, soy un monstruo hermoso, pero en deterioro.

Mi anormalidad corporal te calienta. En buena hora. El morbo junto con la duda hace de mi belleza un sexo de dedos, salivas y lenguas. Ver mi cuerpo en un espejo, es como entrar a una casa después de que alguien ha muerto, donde unx se pone a oler sus ropas, llorar sobre fotografías, extrañar momentos. Te veo desnudx y se me hace agua la boca, como a un gato de tapial. Te veo desnudx y es como cantar que cada cual tiene un «crip» en el bocho. A empujones, termino siendo un subversivo del faloncentrismo. Te la chupo toda, de nuevo.

Me veo y no me conozco. Creo que vivir dentro de una casa es más cómodo que salir a girar en círculos viciosos de infantilización, paternalismo o ruidos terapéuticos. Extraño bailar, y el aliento de tus mañanas. (es)coger es un lenguaje. Hace mucho que no nos vemos, que no nos hablamos, pero estoy seguro que si nuestras pieles se vuelven a tocar, explota todo. Una molotov de porno criollo.

El sexo es evitar un suicidio. El mío, por lo menos. Ahora estoy durmiendo, o sea, estoy cumpliendo un sueño. No todas las personas poseen diversidad funcional. No todas las personas pueden cumplir un sueño. Sin embargo, hay que distinguir que una cosa es una cosa y que otra cosa es otra cosa, si no la segregación seguirá existiendo. No es una concepción separatista, sino una cuestión de visibilidad. En cambio, sí somos todxs diversxs, sólo que preferimos no darnos cuenta. Somos la inmensa minoría. Gordxs, putxs, trans, travas, maricas, discas,  gays, lesbianas, queers, bisexuales, asexuales, tullidxs, lisiadxs, pansexuales, demisexuales y más, y más y muchxs más. No obstante, lo putx no quita lo disca.

¿Viste nuestros cuerpos rotos en publicidades? Nuestros cuerpos votan, pero no son democratizados. Se vive una perpetua rehabilitación. ¿Qué instituciones representan mi cuerpo? ¿Cuántas veces le diste lecciones de vida a un cuerpo que ni siquiera comprendés? Más tiempo pasa, más me cuesta oler a una sombra dispuesta a desenredar toda esta red, toda esta trampa costosa y condenatoria. Quizás estoy pidiendo demasiado. Se vive con esto y se muere con esto. “No busques más, yo te consiento”. Nada de eso, prefiero poner un disco de Sandro y cantarte en la cara: «Y yo que estoy aquí, sentando frente a ti, me siento desangrar, sin poder conversar…«.

Hay cosas que no tienen tiempo. Son cosas efímeras, cosas ansiosas que no te dejan tomarle el pulso a las pasiones. Te vas tan rápido que no alcanzo a saber tu nombre. No me das tiempo a (es)cogerte. Y tengo que soportar que todxs hablen de mí, ignorando que estoy sentado aquí. Quedate un rato más, o llevame con vos.

El culo sí, la silla no. La silla es lo que es, porque existe mi cuerpo. Las ruedas giran porque existen mis manos. Al culo si te lo presto. No vas a experimentar nada nuevo. En silla no hago más ni menos cosas, hago otras, o las mismas, pero de otra manera. No quiero tu beso en la frente. Hablame, mirame, sentime, oleme, escuchame, abrazame, respetame. (es)cogeme en la silla. (es)cogeme completo.

¿Estar solx es político? No lo sé, pero me duele. Ya me cansé de escuchar mis propias anécdotas. Ya me confesé todos los secretos. Ya me ahogué con la mediocridad y promesas con sabor a vino tinto. La soledad es como espiar mi diario íntimo y desconfiar de mis propias banalidades. Necesitamos una foto juntxs. También tenemos que tener apodos, escojamos uno que tenga gusto de helado: crema del cielo, por ejemplo. Hace tiempo que tengo que ocultar mi amor por vos. «Te miro y te siento», dijo. Es triste saber quién sos, cuando me pregunten que es la segregación, tendré que (es)coger en decir tu nombre.

Estudié Ciencias de la Información, soy autodidacta de oficio, parapléjico por accidente y acérrimo escritor traumático.

Escribí poemas en pupitres de escuela, sobre paredes de patio y hojas sueltas en cuadernos sin renglones. También publiqué en “Lo que traen las Huellas” (Taller de Escritura Creativa “De libre vuelo” Córdoba 2016-2017) y un artículo en la Revista “Coso” “El sabor de las axilas” . En 2019 presenté mi primer libro de poemas “La bata de Sandro” (Editorial Cleta Ediciones), en ese mismo año participé con mis lecturas en el último ciclo del “Deleites de los cuerpos” en la actividad “¿Qué puede un cuerpo? Encuentro sobre diversidad funcional/discapacidad y placeres” en el museo de Antropología de la UNC (27/11/2019). Durante un tiempo fui periodista, publiqué textos y poemas en superficiales redes sociales y busqué financiar mis vicios vendiendo fanzines. En este pandémico 2020 realicé una publicación en el medio La Tinta, en su sección “Año de la cuarentena”. Por ahora, mientras me queden ruedas, seguiré escribiendo.

VIVIR Y QUERER

NUESTRAS VIDAS

Guillermina Huarte

Los discursos sobre el colectivo LGTTTBIQ+, tanto los que se producen en su interior como los de afuera, frecuentemente se enfocan en la violencia. Diría que de lo que más se habla cuando se nombra a quienes desafiamos visiblemente la heterosexualidad obligatoria es de las diferentes violencias a las que estamos expuestas por esa decisión. ¿Hay algo más en la vida de las lesbianas, las travestis, les trans, las maricas, les no binares, les bisexuales, les intersex, que no sea la violencia? ¿O somos únicamente víctimas de un sistema patriarcal que impone la heterosexualidad como obligación? ¿Hasta qué punto podemos fugarnos de estos imaginarios victimizantes? Con esto no pretendo negar esas violencias, ni desconocer que vivir por fuera de la heterosexualidad implica abandonar ciertos privilegios.  Pero creo que los discursos que solo se concentran en la opresión muchas veces terminan generando mecanismos que legitiman ciertas experiencias por sobre otras, y la violencia suele aparecer allí como una condición.

A propósito de esta invitación que me hizo El deleite de los Cuerpos me parece importante resaltar que las propuestas culturales alternativas son vitales para pensar(se) desde lugares que no impliquen poner la experiencia de la violencia como centro.  No son pocas las veces en las que considero que haberme encontrado con el festival significó muchísimo en mi vida personal. Aunque es imposible tener certezas sobre lo que no fue, creo que posiblemente el proceso de asumir mi sexualidad y poder nombrarme como lesbiana hubiese tardado más en llegar.  Las fiestas, los conversatorios, los escenarios, las obras de teatro, las actividades, los talleres, las lecturas, las personas con las que me encontré, y muchos etcéteras, fueron motivos por los cuales se abrió un mundo inesperado, se abrieron otros horizontes posibles. Todo eso fue como una propuesta para explorar, preguntar y descubrir. Esas experiencias, que escapan definitivamente al discurso de la victimización y de la violencia, son fundamentales para leer y celebrar nuestras existencias.

Sin embargo, para reflexionar sobre los discursos centrados en la violencia, me gustaría tomar como ejemplo algo que me dejó pensando hace algunos meses y que probablemente muchxs recuerden.  En los primeros días de octubre, la cantante argentina Lali Espósito subió a sus redes sociales un video en el que besaba a otra mujer y ¡claro!, las reacciones no se hicieron esperar. Más allá de una u otra respuesta de celebración por la visibilidad, lo que imperó con mayor fuerza fue el rechazo por parte de sectores de la comunidad LGTTTBIQ+. El argumento principal para repudiar este hecho, protagonizado por una figura pública, fue evidenciar la violencia a la que están sometidas las personas que día a día desafían visiblemente la norma heterosexual. Entonces, se pusieron en circulación noticias y videos sobre casos de crímenes de odio. Se sumó, además, la acusación de que Lali Espósito no era lesbiana ni bisexual, con lo cual se ponía en duda su legitmidad para hacer público ese beso. No me interesa tanto saber qué hace con su vida personal Lali Espósito, pero sí creo que las respuestas frente a este hecho sintetizan algunos de los debates que nos atraviesan hoy. En ese sentido, creo que constantemente se exigen justificaciones para saber si lo que se hace está bien o está mal. Estamos en una época en la que existe una vigilancia sobre las acciones y sobre las personas, con demandas constantes de corrección política.

Pensarse a partir de la violencia padecida y actuar desde ahí por ciertas causas, no es algo exclusivo de la militancia LGTTTBIQ+, en realidad, es inseparable del contexto en el que se inscribe la lucha feminista más en general, donde la figura de víctima cobró un protagonismo central, de hecho, fue a partir de “Ni una Menos” que el feminismo logró una interpelación masiva  en nuestro país. En el libro Los feminismos en la encrucijada del punitivismo (2020), Cecilia Varela y Catalina Trebisacce desarrollan con profundidad esta cuestión. Las autoras destacan el interés de las investigaciones antropológicas en las últimas décadas que vuelven “reconocibles los distintos modos por los que las sociedades occidentales contemporáneas consiguen identificar y significar diferentes experiencias sociales, interpersonales e íntimas como vivencias violentas, demandando así atención e impugnación social” (Trebisacce & Varela, 2020, p. 91). De esta manera, la violencia “concita sentimientos de indignación y condena, y es el parámetro a partir del cual discutimos la legitimidad de prácticas y relaciones en el tiempo presente” (Trebisacce & Varela, 2020, p. 91).

Retomando el caso de Lali Espósito, resulta significativo tener en cuenta estas definiciones, porque el problema central que se señalaba en las acusaciones parecía ser que no vivió —y quizás no vivirá— la violencia a la que están expuestas personas comunes y corrientes a causa de su orientación sexual o de su identidad de género. Quienes nos mostramos abiertamente por fuera de la heterosexualidad pagamos consecuencias que implican distintas formas de violencia, no únicamente física. Sin negar que esto tiene una gran importancia, ¿es esta nuestra única forma de relacionarnos con la política? ¿nuestra legitimidad en la política proviene del hecho de que experimentamos la violencia en carne propia? ¿nuestra subjetividad y nuestra existencia se construyen principalmente a partir de esa experiencia? Son estas las preguntas que se me plantearon a partir del repudio al beso de Lali Espósito, porque parecía imponer una condición: vivir violencia primero, ser legítimxs después.

De esta forma parecen borrarse los motivos de celebración de nuestras existencias, de nuestra potencia, de la reivindicación de nuestras formas de vida, que no se plantean “a pesar de”, por más que, efectivamente, abandonemos de ciertos privilegios que otorga la heterosexualidad. En Ética Tortillera, Virginia Cano recuerda la primera vez que escuchó la palabra lesbiana, en boca de sus compañerxs de la escuela, y dice:

“si lloré aquel día en el colegio, asumo que fue porque intuía (y vivía ya, al menos en el modo de la anticipación estremecedora), algunos costos de abandonar la tierra (y el contrato) de la heterosexualidad […] La palabra lesbiana, intuyo, olía a exilio, soledad y partida. Poco sabía entonces de la alegría, las compañías, las celebraciones y los amores que dicha partida —y esa palabra “lesbiana”— traerían para mí” (Cano, 2015, p. 80)

Lo último que nombra Virginia me parece fundamental para pensar desde otro lugar nuestras existencias, que truncan esos sentidos que posicionan a la violencia recibida por encima de todo, aunque claro que toda historia de vida es diferente y, por lo tanto, también lo son las marcas que deja. Pero en cualquier caso, en relación con la política me parece importante que reivindiquemos ese “algo más”, ese algo que nos gusta, ese algo del que disfrutamos, que deseamos, que queremos. Es decir, me parece importante celebrar nuestro orgullo como una ocasión de alegría y encuentro (Cano, 2015, p. 83).

Todo esto me hace pensar en un recuerdo de la infancia, uno que tengo muy grabado, y en el que me gusta mucho pensar. Me gusta pensarlo porque parece poner en cuestión la forma en la que nos relacionamos con los mandatos y con las obligaciones, mostrando la apertura que siempre hay hacia la exploración, la trampa, la fuga, hacia eso que como niñxs hemos deseado. Cuando era chiquita me gustaba ponerme los dos perfumes clásicos que usaban todos los varones y que, obviamente, tenían mis hermanos: “Pibe’s” y “Paco”. Entonces, cuando me tiraba ese perfume, Karina, la chica que nos cuidaba, siempre me decía: “con eso te van a seguir las chicas”. Después de mucho tiempo, pude ver que en ese enunciado no había necesariamente corrección, prohibición ni castigo. Había, en cambio, una sugerencia y, a juzgar por los hechos, una buena sugerencia.

Creo que hay varios factores que se nos presentan como un desafío en la actualidad para pensar nuestras políticas. La creciente visibilidad LGTTTBIQ+ y el consenso social de algunas de las reivindicaciones, la conquista de derechos, la reconfiguración de las relaciones sexoafectivas en general —más allá de cualquier orientación sexual específica—, la fluidez de las identidades sexuales y de género, entre otros. Habrá que ver cómo leer esas modificaciones para comprenderlas en una sociedad cambiante, y no únicamente como una disputa de propiedades y apropiaciones, pero sin despolitización. El beso de Lali Espósito quizás logre despertar en intrigas, preguntas o identificaciones, y que sea o no sea lesbiana o bisexual no será condición necesaria para abrir esa posibilidad.

Me parece que disputar sentidos desde lugares que nos recuerden, en alguna medida, por qué seguimos eligiendo una vida que, más allá de la desigualdad y de la violencia a la que nos expone, decidimos vivir y querer, es una potencia política que no deberíamos perder, sino reivindicar. Bienvenidas serán las propuestas que intenten profundizar esos sentidos, que abran caminos y que dibujen otros horizontes posibles.

Guillermina Huarte

estudiante avanzada de la carrera de ciencias de la comunicación. Es redactora en Enfant Terrible y autora de numerosos artículos publicados en distintos medios. Es activista lesbiana y feminista.

En una ciudad del norte Argentino, una travesti adolescente relata su percepción de la realidad en su diario íntimo. Enclavada en el centro de una villa, con todas las carencias que esto conlleva, envuelta en la peculiaridad de un lenguaje que caracteriza al personaje y el lugar de donde proviene. A través de su diario, narra sus vicisitudes y este fantásticamente se trans- forma en su amigue.

El Coronitas entre Nosotres

Capitulo
Navidad 2020

¡¡Querido diario soy yo de nuevo!!
– ¿Cómo andas?
– Me encanta el fil bal que tenimos. ¡¡Somes el une para el otre!!
Te cuento , que si ser trava ha tenido momentos terribles en la historia , aquí en la villa esté 2020 se ha ido al aca.
Te hago un breve resumen a modo de margazín periodístico. Tipo los de canal 10 y canal 8 de Tucumán.
Señaras, señor, o pa resumir, señeres pasen y vean el mundo margazine de la travestidad ¡ESTAS SON LA NOTICIAS PAÍS!
LAS PAÑULOS VERDES LE METEN UN CAÑO A LOS PROVIDA SIGUEN HACIA EL AREA GRANDE LO PROVIDA SE ORGANIZAN Y REZAN PA DETENE LA PELOTA, SU DIO NO LES DA BOLA.
En la cancha los senadores se dan vuelta como panqueque y viran para el lado de la ola verde. Si señeres siguen por win derecho patean AL arco DE MEDIA CANCHA Y TATATA GOLLLLLLLLL GOLLLL METEN MEDIA SANCION EN SENADO gooolllllllll.
AHORA tienen esperanza de decidir sobre su propio cuerpo.
LAS PROVIDA SE JUNTA A ORA ¡¡¡¡ EL MURMULLO CORRE COMO REGUERO DE POLVORA Y CREEN QUE VA AVER UNA OLA DE Abortos !!!
SE Murmura que VAN ENCONTRAN TIRADOS POR LAS CALLES fetos pidiendo ayuda.
EL ARBITRO LEVANTA LA BANDERA Y PIDE TIEMPO FUERAAAA¡¡¡
En otra noticia de infogeii
Muere ¡¡¡d10!!! le arman velorio masivo en medio de la pandemia.
El coronita respeta tanto la muerte de d10 que hace una tregua.
herederos reclama fortuna del muerto que era bien prolifero casi 200 hijos diseminados por el mundo que ruegan por la fortuna de d10. Otra ve d10 se caga en la humanidad y no deja testamento.
Comenzamos el año con el bichi¡¡¡¡ de cariño le decimos El coronitas, que se escapó de la jaula de unos tñores de ojos rasgados.
El corinita parecía tierno te dejabas abrazar te besaba y después te convertías en uno de los zombis de gourkin dyai¡¡¡
El coronita trajo millones de conflictos. La gente en los supermercados se tiraban alcohol en los ojos. Murieron muchos vecinos la vieja de esquina que estaba en silla de ruedas y te gritoniaba cuando eras chica, el tío y la esposa del tío de la Doris, el chuki se quedó solo, murió la delicia y el changuito que pintaba ser una travita hermosa.
Me dio miedo de contagiarme y contagiar a mi vieja la lolita pero no porque no pueda suceder sino por la culpa que viene de la mano del coronita… Hoy la gente medio que se olvidó, muchos dicen que es mentiras que é un invento del gobierno, otros se mueren, ser pobre en un mundo con pandemia da más miedo que nada. Pero en eso el coronita es equitativo se mueren los pobres más pero también se mueren los ricos. Que loco ¡¡¡queno?? Da miedo no tener plata y estar enfermo, mi vieja la lolita dice que la salud es un comercio porque hay gente que quiere ser más rica y lo mejor es vender remedios. No sé…
¡¡¡ESTAS FUERON LAS NOTICIAS PAIS¡¡¡
Querido diario se acerca de nuevo la navidad, ¡¡¡como semos cagado de miedo este año¡¡¡¡
Como será el miedo del coronita¡¡¡ que mi amiga la Dori ha decidido no vece con todo los chongo que tiene y ahora anda con una pila y unos cablecito meta picase la paloma.
Los otros días se han saltao los fusibles y dejado todo el barrio sin lu. La genta la culpa a ella… no sé… tiene olor a quemado pero pueden ser muchas cosas… en fin.
Este año le voy a pedir a la niñita diosa trava que cuando nazca una trava en el mundo tenga más oportunidades , que pueda comprase las cosas que quiera porque tiene un trabajo de verdad. Que tenga casa donde volver, que pueda ir al médico y la atiendan bien, que tenga amigues y familia. Parace algo que se da naturalmente en la vida lo que le pido a la niñita diosa trava pero como ella nacio trava, sabe que al final te pueden crucificar por trolo o revenido de trolo.
PD: miñita diosa llévate bien lejos de la argentina al coronita y a todes sus amigues que ya quieren venir para aquí¡¡
Que la diosa trava les proteja¡¡ la virgen trava de urupita les guie y la imaculida concecion lo liberte de todo mal.
Felizzzzzzzzzzzzzzzzzzzz navidad diario ¡¡¡

“Sos el lugar más lindo de todo el barrio”
Sos la trinchera piquetera, carajo!
El espacio de la gesta de tu nombre, paloma negra!
La ronda de les de abajo
El río que corrompe los cimientos de la docta insaciable de negocio inmobiliario, de transa narco y extractivismo territorial.
Sos la casa caracol, donde el inicio también es el final y la historia no tiene destino si no es construida con cada sudor según los deseos de quienes la habitan; donde el final es el inicio que abraza cada nueva existencia.
Sos el puño en alto, la autonomía hecha bandera
Sos el pañuelo en el rostro de los sin nada porque tienen todo
Sos el palo de la autodefensa, sos la llanta que arde en cada esquina de cobardes con balas
“Sos el lugar más lindo de todo el barrio”
Sos la puerta abierta al ejercicio del músculo de la libertad
Sos la carne roja y negra que se fortalece para acobijar en grito firme las potencias de nuestras resistencias
No vas a desaparecer en antojos despreciables de ricos neoliberales
No vas a desaparecer porque sos semilla plantada en nuestros cuerpos-territorios rebeldes
No vas a desaparecer si te llevamos con nosotres en cada barullo callejero, y cada vez que prendemos fuego un patrullero
Como Maite, Casa Caracol siempre en nuestros corazones trava-enfurecidos….

En 2015 esta casa nos alojó en la quinta Fiesta de Cierre de este festival y de ahí siempre buscamos celebrar aquí nuestro fin de fiesta, porque rebasa cariño, rebasa lucha, y es donde queremos estar. Posiblemente, casi seguro, el 2019 fue nuestra última fiesta en este lugar de Gral Paz por eso estas palabras, este compartir, muchas gracias maite, gracias cumpas de la asamblea de géneros, de la asamblea de disidencias sexuales, y a todes quienes construyen diariamente la FOB.

 

Casa Caracol

“Sos el lugar más lindo de todo el barrio”