El Deleite de los Cuerpos

Tapa: Arte Criziz

Un archivo desobediente

El Deleite de los Cuerpos es, fundamentalmente, un festival. Un festival que fue adquiriendo distintos formatos: alguna actividad puntual buscando incidir en alguna fecha de agenda política; una secuencia de actividades a lo largo de una semana, o un mes. También jornadas donde se sucedieran varias actividades a lo largo de uno o dos días. Pero en cada una de esas modalidades, la idea de celebración está presente. Deleitar, festejar, poner en escena, nuestras existencias, nuestras creaciones, nuestras historias. Hacer existir desde el disfrute, ante tanto entorno hostigador.
Las personas que lo organizamos habitamos la academia, los activismos, el arte, la filosofía, y vamos dando vueltas por esos mundos, como arácnidos con patas en cualquier frontera, buscando la visibilización pero también la crítica a toda acomodación a las normativas sexuales y corporales hegemónicas. Incomodar desde los gozosos terrenos del feminismo prosexo. Cuerpos. Somos este mar de átomos, moléculas, radicales libres, gestos, memoria, paisaje donde se juegan las luchas, las tristezas, los placeres y los deleites también. Pero, ¿qué es un cuerpo? ¿Todes tenemos uno?, ¿cómo lo habitamos? No tenemos respuesta, pero sí algunas aproximaciones, lugares desde donde nos hemos acercado al abismo que implica esta materialidad que nombramos como cuerpos desde el festival en estos 10 años.
Desde los comienzos, allá por 2011, nos fuimos pensando como plataforma de difusión de producciones artísticas y culturales, tanto a través de la gestión como de la creación. La idea era poner en circulación esas producciones de disidencia sexual y corporal que, en aquellos tiempos, tenían una circulación más restringida, y para ello crear “espacios de aparición” donde habilitar circuitos alternativos era imperante. Pero no sólo eso, sino también nos interesaba ser un espacio de creación, donde nosotrxs mismxs imaginábamos cómo intervenir en este contexto pacato, “policial”, cordobés, en un necesario marco de alianzas y afectaciones con otrxs.
Como lo remarcábamos en la editorial nº 1, el 2020 pandémico nos obligó a repensarnos. A más de una década de festejos, contábamos con bastante archivo fotográfico, audiovisual y sonoro. Por lo cual, materializar en estas revistas algo de esas huellas, nos hizo evidente que, sin ser muy conscientes de esa tarea, fuimos acopiando y cuidando memorias disidentes.
En estas revistas, si bien hay entrevistas y materiales artísticos nuevos construidos por artistas y activistas para la edición en que se difunde, funciona sobretodo como un archivo de desobediencia sexual y corporal que el Festival en su paso por la Docta, fue incidiendo sutilmente, con marcas a veces muy efímeras, pero que sin embargo, aportaron su lasciva lengua a desactivar o poner en suspenso, esas normativas sexuales vigentes, al menos, por un rato. Cada texto, cada gesto, puede ser testimonio de una revolución. Un archivo de los deleites que ya vivimos y un ensayo de los deleites que nos quedan por gozar.
César y Pam

Artilugio de Supervivencia

Realización
Laura Zanotti, Carla Camoletto, Celeste Onaindia
Asesoria
Gaston Malgieri.

2020
Video performance.

En plena temporada de incendios surge Artilugio de supervivencia, los cuerpos que motorizan la acción visten un dispositivo que los une y no les permite separarse. Se impide repentinamente el contacto físico, el transitar cómo y por donde queremos y se nos obliga al aislamiento por tiempo indeterminado. Nos invade la necesidad de detenernos en lo afectivo, conjugar los cuerpos entorpeciendo el paso. Permanecemos dentro durante tiempo indeterminado sin poder ver lo que sucede en el exterior. Un plano detalle de nuestros ojos enfrentados nos devuelve la posibilidad de ser con otrxs, de anteponerse a la frágil individualidad que se impone aceleradamente. Un acercamiento casi suspendido en el tiempo nos enfrenta y posibilita la guarida, respirando el mismo aire como único gesto.

Carla Camoletto se formó en la escuela superior de Bellas Artes Figuero Alcorta y en el Conservatorio Félix Garzón. Entre 2008 y 2011 publica dos EPs, Ocasión y Elio bajo el nombre de Indivisa. Su proyecto actual, Aikida, recorre distintas sonoridades, desde el formato canción hasta la música electrónica, indietronica y downtempo. En 2020 edita su primer Split producido por el sello Kriptonia. Produce Zona de Avalancha, fenómeno disidente de ruido y lucecitas, un festival multidisciplinar de cultura.     

Celeste Onaindia es licenciada en Cine y Tv. y se graduó como fotógrafa en la Escuela de Artes L. E. Spilimbergo. Participó en diferentes muestras fotográficas, las últimas fueron Yo en escena, en el Palacio Dionisi y Lo que se hace por amor en el Museo Genaro Pérez. Desde 2010 trabaja en proyectos audiovisuales. Como directora realizó Agrietando el muro, Coaxiles y Mi gorra brilla, premiados por festivales nacionales e internacionales. Es productora de Maní, festival de arte gráfico que cuenta con ocho ediciones realizadas en distintos puntos de la ciudad.

Laura Zanotti egresó de la Escuela Spilimbergo como Técnica superior en fotografía. Estudió Cine y Tv. en la UNC. Vivió varios años en México donde participó de proyectos audiovisuales vinculados a problemáticas sociales. Formó parte del staff del teatro lírico de muñecas en Madrid, España. Participó del proyecto La condesa Nadie sabe lo que puede un cuerpo que finalizó con una instalación en el Mus Museo de Antropología de Córdoba. Hasta 2016 fue co-socia fundadora de la productora audiovisual Épica Vista. Actualmente trabaja en la Escuela de cine La Lumiere.

TRANSGEDIA

Sexolater

Probarte a ti.
Sabor amargo que moja.
Que encastra mis pezones.
Que empaña mis ojos.
Sentir tu cuerpo oscuro.
Como un lunar en el alma.
Funde tu sexo.
Amor desnudo.
Se hunde, se adentra.
Te toma por el cuello y te gime.
Te excitas?
Un golpe certero, directo al esfínter.
Mareada por tu leche
Quieta espero tu visita.
Tu aliento.
Llename hasta el alma de ese sabor a cacao.

Instantes

Esa mirada que nubla la vista.
Que te acosa en la intimidad.
Que te anuncia el deseo.
Como mirar ese jean, del niño lindo.
Sentir ese roce como mil lenguas.
Que te atrapan.
Que te embeben en saliva.
Te sacan un orgasmo
Mil lamentos de sexo inconforme.
Cien suspiros de deseo.
Diez silbidos de lujuria.
Un solo cuerpo de néctar.
Como esquivar, si tu cuerpo pide.
Si respondes a su mirada.
Sonries mojada, intensa.
Imaginando su sexo…solo imaginado.

Sexunad

El dejo de amor en mi cuerpo.
Ese que el placer logró echarme encima
Necesita recargarse
Y busca esas baterías, ellos.
Cuerpos fugitivos.
Que te satisfacen…esos besos.
Ese macho que se hunde en tu oreja.
Un placer que te revienta los pezones.
Y tan trágicos que llora el alma.
Pincel que caes…en los otros.
Madre mía y de todas nosotras.
Te imploro…danos agua.
Agua que sudan las rocas.
Y cambio costumbre por sed.
No se agache mariquita se caen sus vergüenzas.
Te busco y estás ahí…adentro.
Macho inamovible, previendo un futuro.
Ojos mirando a miles…bebida negra.
Un sendero inhóspito.
Cortinas ajadas, viejas…casi de papel.
Oler el olor a guerra.
Trozo de metales ruidosos. De necios.
Si la única batalla transgresora es la diversidad.

 

Solo un yo

Inventada de una sola costilla.
La del prejuicio.
Creada por ósmosis…cultivada.
Todo mi cuerpo evolucionado.
Disfruto sus curvas.
Aceptas tu ser.
Disfrutas del sol que embebe.
Es tu mundo, tu burbuja.
La lo miras y sonríes, orgullosa.
Una risa que suelta dos lágrimas.
Hoy sintiendo la diferencia.
La innaturalidad de un ser.
Y la naturalidad de su amor.
Blanco, cristalino, físico…etéreo.
Abrazo la fe que me construye.
Agradecida por haber sido bendecida.
Por esa gracia de las fuertes.
Que solo la decisión propia te concede.
Miras tu nuevo ser, frágil. Aún.
Construcción hecha de rosas en el ese campo solo de azul.

Money

No alcanza, fue corta.
Como lo que dura el amor en la mano, en tus manos.
Cansada de tocar extrañas camas.
Desnuda en la ventana.
Sentis ese vacío, que dice que placer te dejó.
Miras atrás y ves esa sombra
de algo, de alguien.
Solo una mancha oscura en sábanas blancas.
Oliendo a excesos…los míos.

Deseos perversos

Caldo de orgasmos.
Asado de sexo.
Paté de secreciones.
Comida para llevar.
Se engorda
Mórbida te queda el alma.
Engordada solo de momentos cortos.
Niña glotona que come.
Te llena? Te empacha?
Miras tu cuerpo.
Bulímica volvés a mirarte.
Anoréxica ya quiero querer.
Placer que envolviste mis ojos.
Que mojaste mis pechos.
Deja correr esos polvos cortos.
Y bañate en un alud de arenas mansas.

A oscuras

Ciudad oculta, mística y satánica.
Perdida…oculta, inmersa.

Entre esos muros de silencio.
Olvido…impenetrable.
Forjada estas de suspiros.
De novias sin novios.
De esposas que no se han casado.
Queda a un kilómetro de la nada.
Mi casa ahí es una nube.
Hecha de vapor de agua hirviendo.
En la caldera de ese rancho.
Donde vive la tía ironía.
Jardín de flores naranjas.
De muchas formas.
Solo flores sin ojos, no espinas.
Tallo y flor…formando mi pasillo.
Un jarrón en el cuarto.
Verde, grande y boca ancha.
Para meter miles de sueños.
Un sueno trans haciéndose hondo como bostezo.

Felicidad acróbata.
Como un salto al vacío.
Amor trans…transmutable…transparente.
La mirada del otro juzga.
Cual tribunal del amor.
Cómo medir tus sentidos?
Ese otro que juzga, y no entiende.
Ese otro que mira, y se sorprende.
Ese otro que se alegra.
Y en el medio estoy yo transversal a ellos.
Tranquila en el silencio, amo.
No como ellos…no como me dijeron hacerlo.
Nato como el acto de mamar.
Solo…virgen…escrito en los genes.

 

Draga

Blanca entraste en mi vida.
Como navidad en familia.
Esa felicidad que te expulsa la sangre.
De repente un mundo de aceleración.
Todo corre veloz.
Miras, como en cámara rápida, latente.
Pasada de rosca, huelo tu humo.
Con hedor a locas.
Una nube de serenidad, de contemplación.
Esa espesa niebla te protege…
Protege tu realidad.
Abre tu mente en estado alfa.
Sos un ente disperso
En una realidad alterna.
Contemplación, experimento tu estado.
Sintiéndome inmortal, feliz.
Analizo…fluctuo mi pasado.
Y ese aliento que te deja en el cuerpo
Ya no te deja. Se vuelve necesario.

que la lucha que nos vio crecer sea la que nos vuelva a unir

Lourdes Ibarra fue una activista trans jujeña, actriz, profesora de teatro, poeta, artista y luchadora incansable por los derechos de las personas trans. Comenzó su militancia en la adolescencia y nunca más se detuvo. En el 2018 fundó la organización Damas de Hierro. Como actriz participó de obras de teatro como “Raquel”, “Cita con sorpresa”, “Abrazos del cañaveral”, “Microteatro de los sexos” y “Soy”. Una gran actriz, apasionada por el teatro, el escenario, nos acompañó desde la segunda edición del festival, tomando la escena y nuestros corazones.

*agradecemos esta compartición de Elo Coronel

La Marilyn

de Claudia Rodríguez

Me duele pensar en la Marilyn, ver sus fotos de infancia. Para mí, esas fotos simbolizan todas las infancias del mundo, incluso, de esta parte sur del mundo, que no importaron. Para no morir tan sola, en plena epidemia, encerrada, hablo sola, hago ruidos, meto buya. Me quedo pegada en sus películas, persiguiendo sus ojos claros enmarcados en el rímel negro sobre negro, como la mirada de una esfinge egipcia. Ver ese triste maquillaje, que, día a día, se fue alcoholizando. Cuanta tintura, cuanto pelo quemado. Me duele la Marilyn como si la hubieran matado ahora mismo, aquí, en chile, estrangulada, asfixiada, drogada y violada, por el gobierno, como a cualquiera de nosotras, por la política, los negocios y la hipócrita industria del entretenimiento, mostrando su sonrisa, una y mil veces, a diario, negando que la mataron y que nos matan. Para no morir tan sola hablo conmigo misma, en voz alta, para no olvidarme de mi voz, en esta soledad que me priva de pensar en algo que no sea lo mismo, en ser linda, poseer belleza, obviando que hay hombres en oficinas de inteligencia, que son mafias que odian a las mujeres y a las travestis. De su figura, me da pena que se explote su caminar alegre, como si no se sintiera hastiada del personaje de prostituta pobre, chantajeada, para que siempre hiciera de tonta feliz, para el show. Me da pena todo lo que se oculta, que fue una hija no deseada y que vivió desamparada como las lesbianas y las travestis. Eso hace parte del negocio para la industria cinematográfica, negar la vida misma. Marilyn, nadie ama incondicionalmente. Cuánto dolor me da pensar en ti, Marilyn, pero, justamente por esto, bauticé a mi cachorrita color chocolate, adoptada, con su nombre, porque quiero una Marilyn feliz, quiero darle la oportunidad a una Marilyn en el mundo, de ser feliz, despreocupada del deber de hacer películas, para que corra feliz por el parque, con su colita bailarina y alegre. Para no morir tan sola, me hablo para verme reflejada en algo, en cosas, en banalidades, me hago bromas, me canto y pienso en ideas en las cuales nadie piensa. Cuanto maquillaje, cuanto polvo compacto y sombra tornasol tapando el sufrimiento de las muertes de la guerra en Corea. Una vez, yo también quise ser hermosa. Una vez quise ser una de las travestis más hermosas del país, pero me di cuenta que los privilegios no son ni lógicos, ni democráticos, ni justos, ni comunitarios, ni revolucionarios, éticos ni esperanzadores. Para no morir tan sola me cuento cuentos, me invento discusiones, me obligo a responderme. Cuanta purpurina tapando el desprecio por la vida de los pobres que quedan huérfanos, y ¿tu Marilyn? Fragmentada, desquiciada, viviendo en la cima de la mortandad de tu época y ahora convertida para la eternidad en el icono de la industria del espectáculo, del show gay, que desfila y niega tanto su pobreza, como su Sida. Para no morir tan sola, le repito, Marilyn, Marilyn, Marilyn, para que sepa que es su nombre. Esta hija mía, es una existencia tan frágil que tengo miedo de dañarla por ser como soy, trágica para todo, terrorista y culposa. Le hablo para que conozca mi voz, mis tonos y mi cariño. La Marilyn no me mira. La niña no muestra ningún interés.

Claudia Rodríguez es una activista travesti feminista, actriz y escritora de Chile. Lleva más de 30 años de hacer activismo. Entre sus producciones artísticas podemos nombrar libros como Cuerpos para odiar, Para no morir tan sola, fanzines como Manifiesto Terrorista, Dramas Pobres y Enferma del alma, y el unipersonal Vienen por mí. Su principal interés es problematizar la lectoescritura y la producción de arte como estrategia política en el movimiento travesti.

Noviembre sudoroso

Las búsquedas sexuales del festival

Tanto el porno como el posporno son esquivos a una definición acabada, entonces no la daremos, y les invitamos a googlear, que hay mucho material al respecto y construyan sus propios argumentos.
El festival buscó siempre ser apartidario y autogestivo -aún con la búsqueda de voluntarixs que quieran contribuir con él-. Con el desafío político de trabajo horizontal, puesto en la articulación y las alianzas afectivas con artistas, activistas, personas y organizaciones vinculadas a las problemáticas LGBT+, y el cuestionamiento de las normativas sexuales y corporales que oprimen, una vez más, a sólo ciertos cuerpos, a sólo determinadas experiencias.
Desde 2011 y en cada reunión organizativa, un grupo de personas se dedican a la gestión y curaduría de distintas propuestas artísticas de otras personas y grupos, buscando poner a circular narrativas sexuales y corporales alternativas que descentren los deseos y las prescripciones del pacatismo moral sexual. Para conseguirlo, fue una prioridad en el deleite, la insistencia en hacer fechas posporno cada año y convocar a performers, activistas, artistas a pensar poéticamente en el sexo. Asimismo, fue tambien importante crear performances, materiales y talleres propios, donde disputar culturalmente los sentidos dominantes de sexo, sexualidad, placeres y corporalidades.
Entre estas producciones podemos mencionar la realización de audiovisuales, escénicas, fotográficas, espacios de experimentación y conversatorios sobre la temática. Como este conjunto de actividades es programático torna a este festival en una referencia posporno en la ciudad y la región. Puntualmente, varixs de quienes integran la organización del Festival conforman a su vez, y desde la misma época, un espacio de producción teórica, política y estética que hemos dado en llamar Asentamiento Fernseh.
Creer en la potencia del posporno tiene que ver necesariamente también con tejer redes, articular posibilidades colectivas, construir puentes entre personas, crear comunidad. Desde este espacio, venimos disputado públicamente la agenda feminista en la ciudad de Córdoba y en los lugares donde llegamos, y tramar complicidades a partir de una perspectiva prosexo. Creemos que en el sexo se juegan múltiples variables de opresión pero tambien de emancipación y que, en su representación y ejecución, aún más. Sostenemos que es fundamental poner a rodar imaginarios sexuales en los que podamos encontrarnos, o en todo caso extraviarnos sabiéndonos acompañadas en ese riesgo. Lo hemos hecho de diversas maneras. En el marco del Deleite nuestra impronta ha tenido que ver precisamente con cranear performances y exhibir nuestras producciones audiovisuales en los eventos posporno que generábamos.

Cronología de un archivo placentero

A modo de síntesis y de visibilización del programa sexo-afectivo que sostiene el Deleite, vamos a enumerar desde una lógica cronológica, las jornadas y actividades llevadas adelante desde hace más de una década:
En la segunda edición, la del año 2012 se expuso en el bar Bela Lugosi, la muestra Expropiaciones Deseantes, proyecto fotográfico, en donde se invitó a diversas personas a compartir sus deseos, producido por Asentamiento Fernseh, fotografiado por Gastón Malgieri, la dirección de cuerpos por Noe Gall, y el montaje por emma song; además de las proyeccciones del “Baúl de la maluca” a cargo de Dra. Skarnia.
En 2013, armamos en la casa del Asentamiento una Jornada posporno donde se proyectaron cortos, y se instalaron fotografías del Tetazo virtual, a raíz de una convocatoria en las redes, ante la censura sistemática a imágenes de pezones, se invitó al envío de fotografías de tetas con los pezones al descubierto. También una muestra sobre sexualidad y lactancia; y una performance a cargo de Missoginia sobre los mandatos corporales de magritud y en cuestionamiento a los estándares de belleza y las medidas corporales “esperables”. La misma artista y activista chilena realizó ese mismo año dos talleres, uno que llamó Sé tu propia estrella porno donde jugar y performar desde el montaje, los disfraces y la fotografía, para ser una estrella del porno, y otro para la construcción de nuestros propios juguetes sexuales con materiales reciclados.
En 2014, también en la casa del Asentamiento, llevamos adelante la exhibición de una selección de cortos porno y posporno de la muestra: Garpa! Muestra de Arte, que un dúo de trabajo recopiló mediante convocatoria a nivel regional, y que puso a circular en varias provincias ese mismo año.
Mientras que, en 2015, en Casa Libertad, montamos la jornada: Mucha Ropa! Noche Posporno. Esa actividad contó con la participación de Alex, donde se dragueó frente al público, en la performance que tituló: “Marika”, la performance: “Los nenes con los nenes” de Aldo y Pehuén. la performance: “Parafluidos contenidos” de la Doctora Skarnia y la performance: “Comer fruta” de Noe Gall. A su vez, se proyectaron dos videos: un estreno de las producciones Asentamiento Fernseh: “Otrx vida” con la participación especial de Susy Shock, y “SUCKTION 014” de Frau Diamanda, desde Perú.
En 2016, en Casa Warhol, realizamos la jornada que titulamos: El posporno también es un abrazo con la perfo de la Doctora Skarnia titulada: “Transchat la generación de me clavaste el visto tremenda pija te comiste y la ternura ante todo”; una perfo del Asentamiento Fernseh: “Tacto”. Una instalación de videos y fotos: “Nexos” de Post-Op y activistas tullidxs transfeministas y de “Alguien” de Asentamiento F (con la participación de beto canseco, césar t, moris, maxine, y eduardo mattio). También las producciones audiovisuales y fotográficas de Les mostris.
En 2017 volvimos a Casa Warhol con la propuesta que titulamos: Utopías Porno, con las Performances “Invasión íntima o globolorgía” y “Utopía ciega” a cargo del Asentamiento y Asker, y la proyección de videos posporno. Antes, por la tarde en el patio de la casa, Missoginia (Chile) dictó un taller básico de shibari.
En 2018, llevamos adelante un taller que titulamos Imágenes desnudas. Reinventarnos las prótesis del desnudo en Casa 1234, y dos jornadas que llamamos: Coger contra todo. Una de ellas, en la terraza del Espacio cultural Repúblico, con la presentación del fanzine: “Afectos Puteriles”, de ELO GT producciones; una muestra de fotos del taller posporno realizado previamente, más feria y proyección de cortos. Y otra, al día siguiente, en la casa del Asentamiento, con la perfo “Ritual pornoterrista abortero” de Raissa Vitral (Brasil), y “Perfo PosXno – Marcas en lxs cuerpxs, cuerpxs marcadxs”, a cargo de Asker. También se proyectó el corto “Fracasar”, del Asentamiento Fernseh y la muestra de fotos del taller posporno en casa 1234.
En 2019, en casa Polenta, realizamos la actividad Porno sin dramas, con la perfo “Sangre+” de Paulx Castello (Brasil) y una selección de cortos de la “Muestra audiovisual Arrecheras heterodisidentes” (Colombia). Y en espacio Repúblico un conversatorio sobre políticas pospornográficas desde las disidencias sexuales, junto a Paulx Castello, Beto Canseco y Noe Gall.
Además de estas actividades puntuales, hemos puesto cada vez que podíamos algún corto, alguna muestra de fotos, algún texto poético, alguna canción, donde se pusiera de relevancia la diversidad de cuerpos y de prácticas sexuales. En definitiva, con este recorrido lujurioso no hacemos más que poner en escena nuevamente nuestros deseos, dar cuenta de un archivo de nuestras búsquedas sexuales, y aportar a la construcción y sostenimiento de una memoria prosexo en esta ciudad policial que teje complicidades nefastas con las campanas de la moral sexual.

Poner el cuero

por Noe Gall

Escribir sobre la propia práctica no es tarea sencilla, parte de mi actividad profesional como investigadora consiste en analizar las prácticas escénicas de otres, escribo desde la interpelación que me generan los cuerpos en escena. No haré eso con mis intervenciones, sería como analizarme a mi misma, desvelar el misterio ante mi, responderme mis búsquedas, quitarle el chiste a todo esto. Solo les compartiré algunas experiencias en torno a poner el cuerpo en las prácticas pospornográficas.
Hoy es común escuchar o leer la frase “poner el cuerpo” como paradigma de compromiso ante aquello que se realiza. Se podría decir que mi compromiso ha sido para con el sexo, el derecho al placer, tanto así que lo he defendido como la última trinchera de mis esperanzas ante lo humano, ante las prácticas artisticas y politicas. Lo he estudiado, lo he creado, enseñado, ejercido, poetizado, militado, enunciado, provocado… el sexo es motor de vida, es condición de posibilidad para nuestras existencias. Cuando descubrí el movimiento posporno, me sentí alicia en el país de las maravillas, persiguiendo un conejo, era real, no estaba sola, había mucha gente desparramada en distintas ciudades del mundo pensando en el sexo, trabajando, militando, escribiendo, creando universos sexuales. Me metí de lleno a estudiar, filmar, crear, no sola, claro. El teatro no sólo me enseñó a pensar con el cuerpo, también me enseñó a trabajar en grupos, a pensar la vida de manera colectiva. En el tiempo de las revoluciones sexuales viviá en una casa que tenía como premisa el permiso para la exploración, nos dimos un hermoso cuarto propio donde poder cuidarnos y jugar al sexo. De ahí saque todo el arrojo para poner el cuero en cada performance que realizamos en el marco del festival.
Una de mis perfos favoritas, y que creo que hoy no me animaría a realizarla fue la que hicimos en el 2015 Comer Fruta, alimenté al público con cerezas untadas en mi vagina. Con una habilidad que había descubierto una tarde de río y cerezas, meter hasta 5 frutas en mi vagina, y luego expulsarlas lentamente una a una, me pareció que era algo que quería compartir con otrxs. Así fue como invite a personas a comer desde mi vagina, las acoste en el piso y les depositaba en sus bocas una cereza a cada una, con una habilidad de la que aún hoy me siento orgullosa. Sin más que eso, que parece poco ahora cuando lo escribo, pero cuya sensación aún registro en el cuerpo en cuclillas, el pelo enmarañado, un body blanco, cerezas rojas, mis labios, mis fluidos, la excitación del sexo publico desterritorializado, la comunión, cuerpo de mi cuerpo, mi infancia religiosa, la espectativa en los rostros de quienes acostados esperaban el nectar, la celebración cada vez que hacía mi azaña, las ganas de seguir comiendo, la invitación a la orgia.
Otra vuelta me saque de la vagina en un preservativo un fragmento del código contravencional, esa perfo fue en una librería. La vagina es una cavidad muy grande donde una puede guardar muchas cosas. Es una información muy útil que algún día les puede servir, no sólo para parir o meter y sacar objetos sirve tan bello receptáculo. De esa perfo recuerdo el después, las reverberancias, el murmullo.

Contra el régimen visual/espectacular

En esos años conocí a un chico no vidente, las conversaciones con él me hicieron replantearme mis obras posporno, las performances, los videos, la primacía del orden visual se torno más que evidente, me vi atrapada en sus marcos, necesitaba poder dejar de mirar un rato, acercar una experiencia poética sexual desde otro orden que no sea el visual. ¿Cómo? Empecé eliminando la posibilidad de expectación de mis performances. No hay nada de novedoso aquí, muchos artistas a lo largo de la historia han discutido las múltiples formas de expectación participativa del público, por lo que empecé a anunciar que mis performances eran más bien una experiencia, que había que transitar, con reglas claras es decir un marco, que invitara a las personas a acercarse sin miedos ni prejuicios. No había performers ni distinción entre quienes accionaban y el público. Hice tres veces la misma performance en Córdoba, Salta y San Juan, se llamó Tacto. Consistía en vendarles los ojos a las personas participantes, y los accionistas se desnudaban para ser tocados, la única normativa era que las personas con los ojos vendados podían tocar a los desnudos con las yemas de los dedos, luego podían invertirse los lugares, y los tocados pasaban a tocar. Les iba leyendo un texto con las indicaciones paso a paso, había música, luces tenues, nadie fotografió, nadie se quedó mirando sin participar, no hubo expectación, algunos dirían que no hubo obra. El tiempo de cada acción dependió de la gente y el lugar.
Es un gesto complejo el de analizar la propia obra, por lo que me remitiré a las experiencias de las personas que participaron y quisieron decirme algo al respecto. Se podría decir que de alguna manera hice de coordinadora o posibilitadora de esa acción, era la única persona que veía todo lo que sucedía desde adentro, participando, atenta a lo que pudiera surgir. Exponer el cuerpo a la vulnerabilidad del sexo puede despertar reacciones de los mas inesperadas. Todos los cuerpos se manifestaban de alguna manera, la mayoría se entregó al juego y jugaron sin más, otros se pusieron muy rígidos, había cuerpos que tocaban temblando pero seguían tocando, cuerpos que transpiraban tanto que se les resbalaba las manos, cuerpos excitados, cuerpos frescos. Al principio todos estaban en un silencio solemne, luego sucumbieron a las risas, hasta que el murmullo se hizo presente, no tenían permitido usar palabras para comunicarse, porque temía que el lenguaje le hiciera a los cuerpos lo mismo que la vista al sexo, debelara el misterio.
En una de estas performances, se me acercó al final una chica que había participado de principio a final a quien que le había costado mucho estar ahí, pero que había decidido hacerlo, todxs tenían la posibilidad de retirarse cuando lo quisieran, lo repetía mientras la perfo transcurría para que nadie se sienta obligado a permanecer. Al terminar me contó que hacia ya un tiempo había sufrido una violación y que tenía miedo a exponerse a exploraciones sexuales o lo que el posporno parecía invitarle esa noche. Le pregunté si se sintió violentada de alguna manera, me dijo que no. No voy a reponer el diálogo aquí sino la idea, que habitar una experiencia de vulnerabilidad sexual la había ayudado de alguna manera a transitar el trauma. Y no pude dejar de pensar y acordarme en las terapias sexuales de las feministas prosexo. Después de todo el arte escénico es como ya lo había dicho en el siglo V Aristóteles, un gran acto de catarsis a través del miedo y la compasión, quizás quienes tenemos traumas sexuales necesitamos de la catarsis que el posporno nos posibilita para darnos otras experiencias corporales o ponerle otros sentidos a esa exposición a la otredad y sus deseos
¿Por qué consumimos posporno? El posporno tiene esa potencia poética de poner a circular otras sensibilidades, crear curiosidades, intereses nuevos, prestar atención a aspectos propios que no sabíamos de nosotros mismos. Quizás el posporno también puede decir algo sobre nosotras con nosotras, y en el mismo movimiento decodificar esas violencias anudadas que tomamos por saldadas.
Tocar el porno // En esta serie de performances sin espectadores, hicimos dos más que se llamaron tocar el porno, una en San Juan y la otra en Córdoba. Esta última consistió en una habitación cerrada donde entraban las personas de a tres con los ojos vendados, les avisaban que nadie los iba a tocar ni hablar, ni interactuar con ellos. Nosotr*s éramos 5 estábamos distribuid*s por la habitación en sillones teniendo sexo. Las personas entraban y tenían que mirar porno con las manos, podían tocarnos, detenerse un rato con cada un*, y seguir.
Se escuchaban risas, respiraciones agitadas, hubieron manos sudadas y temblorosas, y algunas personas que no se querían ir. En la versión de esta performance en San Juan, quienes estaban cogiendo estaban en un círculo y entraban de a un participante, recorriendo el círculos con sus manos, algunos participantes quisieron quedarse y devenir performer. Tampoco esto es novedoso, de hecho la idea vino de la experiencia de porno para ciegos.
Las conversaciones que se suscitaron a raíz de esta performance daban cuenta de que a través del tacto se podía tocar cuerpos excitados, pero no se entendía como estaban cogiendo, ni qué géneros estaban participando, incluso costaba descifrar las partes del cuerpo involucradas. Me pareció más que interesante, de alguna manera lo habíamos logrado, habíamos hecho porno sin representación. Es decir, habíamos producido un objeto estético capaz de producir placer a un tercero y a la vez sin que este pudiera imaginarse una idea inteligible de lo que allí pasaba, ni cuerpos, ni géneros, ni poses, solo gemidos, pieles húmedas, gestos de placer, una sensibilidad sexual otra. Me doy cuenta que podría escribir hojas y hojas sobre cada anécdota y experiencia pospornera, quedará para otra oportunidad lo que implicó filmar y producir los materiales audiovisuales. Gracias por todo el placer compartido a toda esa comunidad sexual que se sumó al juego y disfrutó con nosotrxs cada noviembre sudoroso.

foto: Gastón Malgieri

Atrevida y Orgullosa

Julieta Paz

Deleite: ¿Cómo fue tu primer acercamiento al activismo?

Julieta: Tenemos que volver al año 2004. Yo estaba viviendo en San Pedro (Buenos Aires). Yo me voy de Santiago del Estero tomándome aproximadamente 26 camiones, a dedo, con 3 compañeras trans. Una compañera ya había conocido el lugar y llegamos ahí. Al principio todo bien, después a las dos, tres semanas la policía ya nos empezó a molestar. Ya había que esconderse, había que correr y empezamos a caer presas. La policía se acercaba a la ruta 9 y nos llevaba detenidas. Hasta que un día, era invierno me acuerdo, salimos con dos compañeras más. Habíamos trabajado bien y queríamos salir a bailar un sábado por la noche y vamos a comprar ropa. Cuando vamos, la policía nos detiene y nos pide documentos. Yo era la única que tenía documentos en ese momento. Le muestro mi documento y me dicen “igual tienen que subir todas”. Forcejeamos y nos llevan detenidas a la brigada y de ahí a la comisaría. Hasta ese momento nosotras no sabíamos nada de lo que iba a pasar más adelante. Estábamos en el calabozo con dos compañeras más. Hemos pasado situaciones terribles con los policías. Nos han tirado con agua fría. Tremendo. Una compañera, la que no había caído presa, estaba preocupada porque iban pasando las horas, 18, 20 horas y no salíamos. Eran 24 horas, 28 horas y no salíamos. Entonces ella, que no había ido de compras, le cuenta a una vecina y esa vecina conocía a una abogada. Entonces esa abogada, no sé por qué -porque en ese momento nadie pensaba en las trans- le puso el cuerpo y nos dijo que nos iba a ayudar. Iba a esperar unas horas más y si no salíamos iba a presentar una acción judicial. Aproximadamente a las 36 horas salimos.Y nos damos con que la policía había mentido. Nos encontramos con titulares que decían “travestis provocan disturbios en un local de lencería”. La versión de la policía era que habíamos entrado a probarnos ropa íntima “de mujer” (así decía el diario) y la dueña nos echó. Eso no era cierto. ¡Nunca habíamos entrado al local! Entonces la abogada nos asesora: “ustedes van a presentar un habeas corpus en fiscalía denunciando a la policía y además van a ir al diario para que sea escuchada su voz”. Cuando vamos al diario para que nos hagan una nota nos encontramos con la dueña del local, que iba a desmentir lo que la policía había publicado. El diario nos hace una nota y después nos llaman de varias radios. Fue tremenda la revolución que se armó en San Pedro. Nosotras no sabíamos qué iba a pasar, teníamos miedo. Imaginate, santiagueñas trans en San Pedro, estaba involucrada toda la policía y la dueña del local desmintiendo su versión. La abogada nos dijo que no tengamos miedo, que presentemos el habeas corpus y denunciemos a la policía. Fuimos, denunciamos y sin saberlo, de esa manera habíamos ingresado en el activismo. Yo después, haciendo memoria, conversando con mis compañeras nos dimos cuenta que lo que habíamos hecho tenía una palabra y esa palabra era activismo. Ese fue mi primer acercamiento al activismo, no de forma organizada pero sí de lucha por mis derechos.

D: ¿Cómo fue tu acercamiento al activismo más organizado?

J: Nosotras al tiempo nos mudamos a San Nicolás y ahí empezamos a pasar lo mismo con la policía. Una de mis compañeras conocía a Claudia Pía Baudracco. Ella venía a visitarnos y nos insistía todo el tiempo “¿por qué no se organizan? ¿Por qué no arman una delegación de ATTA?”. En ese momento era un enfrentamiento santiagueñas versus sannicoleñas. Era un enfrentamiento muy racista, ¿no? Vos que sos de Santiago qué hacés acá que yo soy de San Nicolás, siendo que entre todas íbamos a poder hacer algo mejor. Pero por el enfrentamiento no pudimos organizarnos. Eso sí, nos tocó hacer lo mismo, un habeas corpus colectivo. Y nos ayudó a todas. Después la Pía, re estratega ella, me invita a pasar año nuevo con ella y nos vamos a Mar del Plata. Imaginate que yo venía de lidiar con la policía en San Pedro, en San Nicolás y llego a Mar del Plata donde era diferente: el contexto de vida, la situación con la policía, una ciudad más grande. Entonces a mí me encantó. Y es ahí en Mar del Plata donde yo me empiezo a involucrar más con ATTA, año 2007. Me involucro de manera más orgánica con la organización, con otra organización que trabajaba con  personas viviendo con VIH. Trabajábamos de manera conjunta. Es ahí donde me empiezo a involucrar más, a conocer de varios temas, de la militancia. Me separo, digamos, de mis amigas santiagueñas porque fui la única del grupito que se fue a Mar del Plata.

D: Ahí comenzó tu militancia más orgánica.

J: Claro. Participé activamente en los recursos de amparo antes de la Ley de Identidad de Género para que se nos cambie nuestro DNI. Eso iba a parar en los juzgados entonces había que hacer toda una movida para que después se sancione la ley. Fue una movida a nivel nacional que muchas personas trans presentamos esos recursos para que lleguen a los juzgados. Paralelamente ejercía el trabajo sexual.

D: ¿Cuánto estuviste en Mar del Plata?

J: Yo ya venía con ganas de volverme a Santiago del Estero. Es una cuestión, que no sé si nos pasa a todas las de las provincias del NOA, que queremos volver a nuestros pagos. Yo en Mar del Plata tenía todo, pero yo quería volver. A mí lo que me hizo un clic y comencé a pensar en otras cuestiones fue la Ley de Identidad de Género. Cuando se sanciona la ley, yo pensé qué hacer, si quedarme en Mar del Plata o volver a Santiago del Estero. Y decidí volverme en el año 2012.

D: ¿Qué significó la Ley de Identidad de Género a nivel personal que te hizo ese clic?

J: La Ley de Identidad de Género era para mí un punto de partida para que yo vuelva a estudiar. Entonces yo decía “vuelvo a Santiago, sigo siendo trabajadora sexual, estudio y veo cómo seguimos avanzando”. Que se reconozca mi identidad me permitió volver a estudiar, que era algo que me gustaba, pero como no se respetaba tu identidad en las instituciones educativas, la mayoría de nosotras no queríamos volver. Entonces ahí yo me empiezo a proponer estas metas. Vuelvo a Santiago, sigo militando y además vuelvo a estudiar. Cuando vuelvo en el 2012 ya conocía a las chicas de ATTTA y de DiVaS aquí en Santiago del Estero, de la calle digamos, y comienzo a militar con ellas.

D: ¿Cómo fue la vuelta al estudio?

J: Para el 2014 yo siento que ya era momento de comenzar a estudiar algo. En la Universidad ya habían pasado los cursos de ingreso. Bueno, entonces una compañera me propone que estudie Trabajo Social en un instituto privado, el Instituto San Martín de Porres. Ay no, digo yo, una institución católica, volver otra vez a la cuestión del catolicismo, se me pasaban un montón de cosas por la cabeza, tenía mucho miedo. Le digo a un compañero gay que me acompañe. Averiguamos cómo era para inscribirse. Mi analítico del secundario tenía mi nombre asignado al nacer, con el sexo asignado al nacer. Entonces le explico a la bedel y ella me entendió. Entonces digo, me entendió, es un gran paso. Le empiezo a explicar que mi identidad en el DNI decía una cosa y en el analítico de otra y ella me entendía. Entonces dije sí, voy a comenzar. Fue todo un proceso personal, pero creo que también le sirvió a la institución. Primero era romper con los prejuicios que estaba en un instituto católico. Y la verdad que la carrera era nada que ver. Los profesores y profesoras tenían otra visión. Era muy diferente a lo que yo pensaba. Las profesoras eran compañeras feministas. Nada que ver con lo que yo me imaginaba. Incluso las personas a cargo de seminarios cristianos tenían otra visión. Entonces para mí ha sido romper con ciertos prejuicios que yo tenía. Sí me tenía que bancar ir a misa cuando empezaba el ciclo lectivo. Yo iba, no tenía problema. No me obligaban a creer en algo que yo no creía. Eso estaba bueno y ha sido importante para que yo siga la carrera y no abandone.

D: ¿Cómo ha sido esa historización, si se puede hacer, de esa militancia, de ese vivir en Santiago con su manera social, su cultura antes de la Ley de Identidad de Género y posterior?

J: En Santiago del Estero antes era terrible. Imaginate que la mayoría nos íbamos, migrábamos a otras ciudades porque sabíamos que aquí no había oportunidad. Era muy difícil también convivir con tu familia, que estaba atravesada por la idiosincrasia santiagueña. Nosotras siempre decimos que éramos como fenómenos. Tenemos revistas y diarios en los que somos fenómenos parados en una esquina, fenómenos graciosos y todo así, como objetos de burla. Siempre de esa manera. Pero también hay otras cuestiones interesantes, como que a pesar de eso se agrupaban las compañeras.

D: Nos dijiste que cuando volviste a Santiago del Estero empezaste a militar en DiVaS.

J: Sí, yo las conocía de antes. Luisa Paz fue la fundadora de ATTTA Santiago del Estero y después de DiVaS. Tuvieron que luchar hasta por el nombre. Con decirte que por la palabra “travesti” no se pudo hacer la personería jurídica con el nombre de ATTTA porque para la justicia, para la representatividad legal, travesti era un delito. Te estoy hablando del año 2007. O sea, no hace mucho. Querían que saquen la palabra travesti y así les iban a otorgar la personería jurídica. Para las compañeras eso era atentar contra su propia identidad. O sea, no. Entonces tuvieron que pensar otro nombre y de ahí surge DiVaS, de que no podían atentar contra su propia identidad sacando la letra T de la sigla ATTTA. O sea, no sé qué iba a quedar si le sacaban la letra T. Eso fue en el 2007 y aquí en el 2009 se modifica el código de faltas. No se deroga, se modifica y se saca ese artículo de vestir ropas del sexo opuesto y de escándalo en la vía pública. Quedan la moral y las buenas costumbres, que vaya a saber qué es.

D: ¿Cuándo le otorgan la personería?

J: En el 2007 deciden cambiar el nombre por DiVaS y vuelven a presentar la personería jurídica y recién se le otorga en el año 2011. Y eso tiene muchísimo que ver con la cuestión ideológica de un pueblo. Imaginate, primero que presenten y no le acepten la letra T; después que con el nuevo nombre demore 4 años para que le acepten y le otorguen la personería jurídica. Terrible.

D: A partir de la personería jurídica, ¿han podido acceder a más propuestas, subsidios o siguen teniendo trabas?

J: Ya venían haciendo un camino antes de la personería jurídica aquí en Santiago del Estero, pero en algunas cuestiones era medio difícil. Con la personería ya pudieron presentar proyectos y se pudo ir concretando algunos, como construir la casa de la diversidad, varias cuestiones que tienen que ver con infraestructura de la asociación. Pero ya habían dado algunos saltos, más que nada por ejemplo con el programa de VIH. Tareas muy específicas, como repartir preservativos. Parecía que las travestis estábamos solo para repartir preservativos en la calle. Entonces eso fue cambiando y con la personería jurídica le cambió la legalidad para poder presentar otros proyectos y como que fue cambiando la visión también con respecto a la asociación.

D: ¿Nos contás un poco más?

J: Lo interesante de la asociación es que siempre ha estado abierta a todo tipo de propuestas. Circularon académicos, académicas, personas del arte. O sea, era muy amplia la gente que circulaba por la asociación. Eso nos ha dado la posibilidad de concretar cuestiones como por ejemplo de investigación. Luisa ha ido a golpear las puertas del área de investigación de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Ella fue y dijo que quería participar y tenía proyectos. Imaginate para la universidad que ella vaya y diga que tenía proyectos. Ella no terminó la primaria. Igualmente quedó como investigadora asociada del grupo Género, Políticas y Derechos de la Universidad. Entonces como que ella empezó a abrir esas puertas de la Universidad, de hacer otras cosas como por ejemplo una obra de teatro, después empezó a trabajar en el INADI, como que empezó a abrir otras puertas que eran impensadas y eso ha dado lugar a que avancemos en otras cosas. Por ejemplo, en Santiago nosotras hemos hecho el Congreso de Educación Sexual Integral. O sea, que una organización LGBT esté a cargo de un congreso tiene que ver con todo el camino que venía haciendo la asociación con esta articulación con la Universidad. Eso le ha dado otra visión a la asociación, de poder hacer congresos, talleres. Es como que de ese lugar se han abierto otras puertas y no hemos quedado solamente en la trans que reparte preservativos. Porque de eso renegaba la Luisa: decía que no podemos ser solamente la trans que reparte preservativos en la esquina, también estamos para otras cosas.

D: También queríamos hablar de arte. ¿Qué potencialidad política le ves a las expresiones artísticas?

J: Mirá, a mí siempre me gustó el arte desde chica. Yo me acuerdo que ya en la secundaria hacía talleres de teatro. En la secundaria hice mi propio guión. Me acuerdo que el guión que habíamos armado con mis compañeras era de un hombre alcohólico que tenía VIH, que tenía un amante. Yo hice del padre alcohólico. Toda una historia trágica. Yo ya andaba con esas historias. Empezar a contarlas en la secundaria me encantaba. Quería seguir haciéndolo pero siempre lo dejaba inconcluso. Hasta que un día me proponen hacer una obra de teatro. Como soy atrevida, dije que sí.

D: ¿Nos podés contar más?

J: Bueno, resulta que yo participo de todo tipo de marchas, siempre poniendo el cuerpo en las calles. Y en una de esas marchas una compañera, la Mare Bianchi, me propone hacer una obra de teatro. En esa obra iba a estar una compañera transformista y dos mujeres cis. Comenzamos a ensayar y fue saliendo la historia de una familia santiagueña con muchas cuestiones, mucho ocultamiento de cosas y con un mensaje político tremendo de cómo nos atraviesa la santiagueñidad, cómo nos atraviesa la música, qué pasa dentro de las familias, lo que no se ve de Santiago del Estero. La obra se llamó «Traxtornadas o la casita de madre perla”. Estaba la hermana católica, estaba la muda, estaba la tía que era terrible (el papel lo hacía la transformista), estaba yo la trans. Cada una con sus historias. La verdad es que ha sido una propuesta muy interesante, la obra ha sido en una casa. El público recorría toda la casa acompañando. Con esa obra participamos del deleite en dos oportunidades, 2017 y 2018. También la directora quiso que nos presentemos a la Fiesta Nacional del Teatro. Nos presentamos en el año 2017 y ganamos el primer lugar. Eso nos otorgó la posibilidad de ir a las provincias del NOA, ir a Rosario a la Fiesta Nacional del Teatro en el 2018. La verdad es que ha sido muy interesante haber podido andar con la obra por distintas provincias. Hemos seguido haciendo la obra dos años más y después vino la virtualidad.

D: ¿Has continuado con el teatro luego de la pandemia?

J: Sí. Yo considero que el arte es una herramienta transformadora y que todo lo que sea para eso yo lo voy a seguir haciendo. Siento que a través del arte puedo unir todo, el activismo, la actuación, la política. Hace años que vengo participando de las intervenciones teatrales urbanas en el cumpleaños de Santiago del Estero. Aquí se celebra el 25 de julio, y un día antes, los artistas salen a la calle a hacer intervención teatral urbana en la plaza, en las peatonales. Hicimos las chicas superorgullosas, cuestiones relacionadas a lo infantil y a interactuar con el público, pero siempre teniendo en cuenta la militancia LGBT. También participé en un concurso de micromonólogos organizado por el INT. Yo he grabado el video de una trabajadora sexual que tenía que escapar de la policía. Se llama “La Solís”, que es una calle en Santiago del Estero donde trabajan las compañeras trabajadoras sexuales. Quería ponerle ese nombre porque en Santiago del Estero se hacen muchos memes sobre esa calle, siempre desde un tono estigmatizante. Entonces yo quería contar otra historia. Esta trabajadora sexual está escondida de la policía en un baldío y ahí empieza a contar un montón de cosas. Está en youtube. Y ahora me he presentado a otra convocatoria. Vamos a ver si tengo suerte. Yo soy atrevida. Vengo pensando mucho en la cuestión de los vínculos sexoafectivos, en la cuestión del deseo trans y todo eso. Así que va a ir por ahí.

Julieta es trabajadora social, actriz, activista, actual presidenta de DiVaS (Diversidad Valiente Santiagueña), integrante de ATTTA Santiago del Estero, amiga del deleite.

Agenciamientos posibles desde el placer, el dolor y el consenso

BDSM y discapacidad

El BDSM* (sigla con la que se conocen las prácticas eróticas libremente consensuadas) y las vidas atravesadas por la discapacidad, tienen la posibilidad de reprogramar la eroticidad negada en conjunto y reivindicar aquellos aspectos que la normatividad sexoafectiva suspende. Siendo ambos mundos capaces de potenciarse y desplegarse en muchos más, el motivo que convoca es claro: desmantelar las formas de opresión que asfixian el deseo. El reconocimiento del otro, la identificación de una problemática en común y el placer como plataforma de subjetivación son algunos de los móviles que caracterizan este cruce.

En las márgenes de los esquemas dominantes, las prácticas BDSM y la diversidad funcional producen afinidad política desde las similitudes de las circunstancias dadas de cada campo. Las poéticas corporales, las fantasías sexuales, las necesidades de vinculación, los modos de excitación y zonas erógenas soslayadas -entre otras tácticas de encuentro e interdependencia contrahegemónica- son maneras de cuestionar las relaciones de poder: la vida disca está particularmente caracterizada por una reorganización de las jerarquías y esquemas somáticos a nivel de la erótica, la sexualidad y los placeres. Esta disposición sensible encarnada por más de una máquina humana y otros artefactos, encuentra correspondencia en el BDSM como práctica basada en el consenso.

Desde muy temprana edad, ciertas personas con distintos grados de representación física de su discapacidad construyen nociones específicas sobre los atravesamientos del cuerpo para propiciarse un lugar en las narrativas sociales. La ocupación del espacio público como posibilidad de existir colectivamente, la relación con tecnologías de apoyo y la resistencia al sistema fármaco-clínico-psiquiátrico-patológico como proceso de identificación de la geografía corporal, son algunas de las estrategias para afrontar el dolor físico y emocional cotidiano. En simultáneo, estos posicionamientos habilitan un lugar propio frente al mercado del deseo.

Comunicación

La verbalización previa sobre deseos y necesidades es un buen ejemplo de esta transversalidad. No anticipa el devenir del encuentro, más bien señala un camino en el cual construir la experiencia en conjunto. Una persona con diversidad funcional puede utilizar un gesto o una palabra para expresar satisfacción-incomodidad, aprobación-rechazo, al igual que en el D/S* La palabra seguridad es condición irrefutable para la construcción de confianza mutua.

De manera tangencial, el escritor Pablo Pérez nos señala en su texto “¿Palabras o etiquetas?”* la relevancia de nombrar todo con precisión milimétrica en función de favorecer las exploraciones individuales y desmantelar los tabúes que obstaculizan la imaginación frente a la imposibilidad de inmiscuirse en la materia oscura del deseo ajeno. En ambas situaciones, brindar la mayor cantidad de información posible al otro puede significar no solamente ahorrarse equivocaciones sino también estimular el vuelo de la vivencia y de la fantasía que se genera en el imaginario erótico disponible y proyectable. Esto no es gestión exclusiva del campo intelectual. Es también tarea de los pequeños gestos, de las señales sensibles, de los impulsos significantes.

La utilización de todas las posibilidades de lenguajes resultan válidas a los fines de transmitir un mensaje o una sensación, y también como erotización afectiva de la palabra. Abordando la neurodivergencia*, el cortometraje “In my language”* de la artista y activista norteamericana Mel Baggs es un ejemplo perfecto de la fuerza de interpelación que pueden generar las bifurcaciones críticas al modelo comunicacional de condiciones físicas normativas. Por su lado, la jerga BDSM se mantiene en constante movimiento y renovación. El desarrollo de terminología específica permite la calibración de las experiencias y el nombramiento de las distintas manifestaciones invita a continuar la expansión de la praxis.

La conversación puede estar constituída por múltiples señales y signos que alimenten la intención de informar al otro en función de recorrer otra gramática sexoafectiva. Explorar aquello sobre lo que erotiza y deserotiza del lenguaje corporal, de la palabra, de la oralidad. Despejarlo todo como liberación, y mantener esa declaración de principios permanentemente actualizada conlleva un compromiso y responsabilidad afectiva que en el fulgor del encuentro resultan fundamentales para expandir los horizontes de lo posible.

Dolor

La participación del cuerpo como nodo de afectación, es otro ejemplo que orienta este cruce. Lejos de reducirlo al asistencialismo, la diversidad funcional requiere tácticas puntuales del campo de los límites y el consentimiento para afrontar el dolor, y en muchas ocasiones, otra persona que acompañe el proceso. En el BDSM -particularmente en la línea del S/M* La obtención de placer a través de concesiones de dolor, demanda la participación de otro ser vivo que apruebe el intercambio. Cuando el dolor es el móvil que motiva el encuentro, migra de su condición de experiencia sensorial a máquina de producción de sentido. Independientemente de que si el modo de materialización es satisfacción o sufrimiento, el dolor tiene la particularidad de no pasar inadvertido. Su presencia y/o ausencia convoca al reconocimiento y ambas operan como sistema de alerta.

Si bien en el BDSM el dolor se presenta como motor erótico, y para las personas disca puede ser señal de padecimiento, ambas reconocen al dolor como un instrumento simbólico de enseñanza en el que por participación afectiva, todos los integrantes receptores -en mayor o menor medida y bajo distintos modos de transmisión- atraviesan diferentes capas de aprendizajes con él.

Esto no es un recorte categórico o una sentencia indiscutible sobre las formas de relacionarnos con el dolor sino más bien su resignificación como dinámica de múltiples agenciamientos e invocación colectiva. El dolor se transforma en un artefacto que pone en evidencia la vida, nos señala la coexistencia con todo el tejido vivo y sus máquinas, nos rescata de la alienación.

Cuidado

 El BDSM se caracteriza por una rigurosidad ética, en la que las personas que acceden a los acuerdos en la práctica asumen la responsabilidad del cuidado siendo éste un límite territorial desde dónde construir intimidades en conjunto. Las tecnologías del cuidado de sí y del otro colaboran en el desbloqueo de ciertas fantasías obstaculizadas por el miedo psicosomático o juicios morales. Emerge una confianza grupal que puede desembocar en autoexploración individual. En las prácticas eróticas libremente consensuadas, el cuidado no es solo un componente fundamental para el cumplimiento del contrato simbólico, es también una perspectiva. Una forma de habitar la relación establecida. El cuidado mutuo nos garantiza la posibilidad de encarnar el avatar deseado a modo de participación afectiva sin temores.

Cuando cuerpos diversos demandan algún grado de interdependencia para sobrellevar la vida diaria, el cuidado se introduce en las partes comprometidas -persona con diversidad funcional, dispositivos de apoyo, cuidador, familiar, acompañante, vinculo sexoafectivo, entre otros- como una herramienta posibilitadora de una vida vivible. Es decir, lo que se propone como una actitud y una posición frente al otro se transforma en el instrumento indispensable de vinculación. Afectando desde la reciprocidad, el cuidado pareciera percibirse como una intención unidireccional en el que la persona disca siempre ocupa el lugar de recepción. Pero encendiendo los mecanismos de percepción sensible o simplemente desarmando las representaciones estereotipadas del cuidado, el efecto de réplica que genera hacia aquellas personas que no son depositarias de estas acciones pueden también ser potencias singulares. En la atención de las necesidades del otro, en el acompañamiento de los deseos con sus propias temporalidades, las personas que rodean al cuerpo diverso tienen la posibilidad de inmiscuirse en otra vivencia personal no propia, algo así como un agenciamiento corporal empático que traduce lo que oscila en aquellas vidas discapacitadas, o mejor dicho, en aquellas condiciones discapacitantes.

La compañía es un signo de cuidado en ambas circunstancias. En la experiencia del cuidado a otro y el autocuidado, acontece una voluntad de persistencia y vitalidad que lejos de ser una resistencia moral a la muerte, es un compromiso con la vigencia de las circunstancias del momento. Un compromiso con la experiencia.

Tanto en el BDSM como en las vidas discapacitadas, el cuidado tiene una gran incidencia emocional en la que la ternura, la confianza y la alegría se despliegan como embate al imperativo de la resiliencia y la positividad neoliberal.

Tecnología

 Existen numerosos registros históricos de implementación tecnológica en cuerpos diversos o dispositivos de apoyo que posibiliten autonomía frente a circunstancias específicas. La Revolución Industrial atrajo una cantidad de mutilaciones por las condiciones de producción de la época que, en conjunto al modelo médico-clínico-psiquiátrico interventor y los veteranos de guerra, se instauró en Occidente la industria ortopédica y protésica como mecanismos de adaptación y disciplinamiento a las demandas de los modos de vida capitalistas. Sin embargo, es importante señalar que aunque estas sean tácticas de normalización de aquellas biografías desviadas e instauradas en el imaginario colectivo por las instituciones de encierro como “fallas o errores”, la tecnología colabora en la independencia y mejoras de calidad de vida para PMR*.

Las luchas anticapacitistas y antibiologicistas reivindican la vinculación con la tecnología incorporada como configuración de un nuevo ser humano posible, más que un intento de adaptación o adecuación al establecido. La autonomía adquirida a través de dispositivos de apoyo funciona también como dispositivo de subjetivación; no solo colabora en fines prácticos como el desplazamiento o la comunicación sino en el descubrimiento de un sujeto nuevo atravesado por la coyuntura y con territorios de acción política particulares: la ciudad, el trabajo, los vínculos sociales, la libertad sexual, la educación.

A menudo, las prácticas BDSM utilizan la tecnología como medio habilitador de fantasías en la concreción de un deseo erótico en particular. El enlazamiento entre un objeto material externo y la experiencia corporal, funciona como dinamizador lúdico y a su vez, como herramienta para cuestionar el sexo vainilla*, es decir, aquellas conductas sexuales convencionales que no incluyen juguetes, dispositivos o fetichismos.

También, en la encarnación de un avatar o en la elección de un rol particular dentro de estas prácticas, la tecnología se propone como recurso fundamental en la performatividad del encuentro. En el bondage*, las cuerdas o las mordazas, son claves para determinar las posibilidades consensuadas y los roles adquiridos en cada sesión. La subcultura leather* utiliza productos e indumentarias de cuero a modo de segunda piel ensamblada con el fin de expandir la capacidad sensorial, ya sea a través de la vestimenta, el bloqueo o la exposición de una parte del cuerpo específica. La combinación de otros accesorios (dildos, electroestimuladores, máscaras, cock rings, esposas, jaulas de castidad, etc.) con productos leather funcionan como resorte hacia la liberación imaginaria del cuerpo. Adoptar un personaje permite no solo desafectarse de la persona que se encarna en la vida cotidiana sino también la transcripción a otro código somático.

Para las PMR, las prácticas BDSM pueden ser una gran oportunidad para replantearse el vínculo con los artefactos que están presentes en su vida cotidiana. Ambos universos comparten lenguaje y dinámica relacional con los dispositivos que intervienen en las corporalidades. En este sentido, lograr una nueva narrativa erótica de manera orgánica puede ser simplemente modificar la perspectiva sobre los mismos objetos y mecanismos. Ambos mundos reconocen la tecnología dentro del campo vincular y reivindican su fuerza en la construcción del ser singular.

En muchas ocasiones, los accesorios BDSM son producidos por personas que abordan estas prácticas. Esto significa que la posibilidad de experiencia está diseñada desde participantes activos lo que nos asegura que las búsquedas e investigaciones de las demandas son reales del campo de acción y no estrategias comerciales-productivas disociadas de la materia. El amateurismo, la autogestión y la experimentación son usuales y fundamentales en el abanico de ofertas.

La discapacidad tiene mucho que aprender sobre la autonomía en la producción de tecnologías señaladas anteriormente. En la mayoría de los casos, las prótesis, accesorios y dispositivos de apoyo, están concebidos desde cierto sesgo médico-patológico-psiquiátrico y una gran incidencia del mercado industrial de la salud, por lo que independizarse y proyectar tecnologías no privativas de intervención corporal, resulta muy complejo. El reclamo por la liberación de patentes de fármacos, prótesis y complementos es de los tópicos más urgentes en la lucha por los derechos a la autonomía.

 

Cancelación

 Los discursos médicos-patologizantes en conjunto con los modos de producción capitalista y la economía del deseo son los monumentos institucionales-simbólicos que cancelan la sexualidad disca. Bajo técnicas de disciplinamiento históricas como la esterilización o el encierro, las posibilidades de exploración erótica de las personas con discapacidad ha sido cancelada sistemáticamente, en función de sostener el standard biologicista que demandan el mundo heteronormativo, vinculándose con la procreación y la moral religiosa como aliados en la misión. Las posibilidades de producción de placer suelen ser descartadas por la propia condición de la circunstancia; el goce es un efecto que se le adjudica a quienes siguen el estatuto de corporalidades con un nivel de autosuficiencia y correspondencia anatómica posibles de organizar y sostener la norma. Esta obstaculización no solo incide en el campo emocional subjetivo de las personas, sino que instaura un método de opresión particular: suspender todo agenciamiento latente en la construcción del criterio político de la sexualidad disca.

Siguiendo los manuales científicos en consonancia con el imaginario colectivo pareciera que el motivo está centrado en que el ‘sujeto diverso’ -y/o quienes lo rodean- tiene la obligatoriedad de encargarse de otros asuntos -supuesta y exclusivamente- más relevantes para su supervivencia o que directamente son sujetos incapaces de desear o ser deseados.

En la misma línea también se encuentra el conflicto de la procreación y la descendencia. El lobby eugenésico de la ciencia genética y la industria farmacéutica depositan todos sus esfuerzos en contribuir en el diseño de ese prototipo humano capitalista. En este sentido, el objetivo no solo es modelar una corporalidad hegemónica y una psiquis obediente, sino también descartar posibilidades de desvíos, anticiparse a “malformaciones” y orientar el avance humano-anatómico hacia la optimización de las funciones productivas.

La libertad sexual en cualquiera de sus desvíos de la norma, históricamente ha sido objeto de persecución. La heterosexualidad, el pater familias, la reproducción humana y las religiones entre otras instituciones de control, han colaborado en reducir las posibilidades sexuales a funciones sociales específicas. Dentro de las diversas fugas, el prejuicio al BDSM está configurado desde el rechazo a la violencia y el rechazo a una imagen moralmente inaceptable. Los atuendos, los avatares y los dispositivos de estas prácticas son un repertorio de elementos con alta carga discursiva vinculada a antiguos métodos de castigo y tipos de agresividad que, supuestamente, la sociedad dejó atrás. Cualquier formato que se descarrile del tradicional pareciera caer obligatoriamente en lo perverso, cuando el BDSM tiene como objetivo apropiarse de esas formas y reorientarlas hacia otra dimensión política. Los gustos y las preferencias que permitan la participación de otras personas, objetos, roles o técnicas de vinculación que desmontan los cánones hegemónicos como ortopedia vincular, no son aceptados como experiencias válidas. En este contexto de normalización del flujo del deseo, la articulación entre el morbo y la curiosidad no resulta tan sencilla.

La persecución constante se basa en impedir la libertad y la autonomía siendo el cuerpo propio el vector de la experiencia. Reconocer que ambos campos son objeto de opresiones similares, es encontrar un causa horizontal que convoca a la cooperación. Lo que garantiza el sostenimiento de la mala imagen transformada en tabú, no es solo una sociedad negada a abrir su campo imaginario, es el aparato disciplinario que reconoce la fuerza inventiva de esta libertad y se le presenta como amenaza.

Alianza

 

Lo que determina este cruce es justamente que no es un encuentro de choque sino más bien un acoplamiento, un enlace técnico-orgánico. Una alternativa al sistema de relaciones socialmente establecido sobre la diversidad corporal y sus afectaciones. Reflexionar sobre las prácticas BDSM y la discapacidad como agenciamiento, significa reflexionar sobre la reorganización erótica del cuerpo. Señalar lo que ya sucede en la asistencia sexual y lo que ya sucede en las fugas de experiencias fetichistas desde ópticas cruzadas. Una declaración de principios sobre las formas de vinculación con artefactos externos, otro modo de relacionamiento tecnológico. Hacer del común acuerdo un acontecimiento deseable. Reterritorializar las zonas erógenas canceladas por la normatividad. Alterar la pureza higiénica y sueños de blanquitud de las prácticas sexuales y la erótica corporal según indica la normopatía. La imaginación de una alianza posible para la liberación sexual, parte del reconocimiento de ambas (y todas las) exclusiones y la identificación de un enemigo en común. Politizar el cuidado como estrategia de cooperación. Derribar las fronteras del rechazo hegemónico con diversión y fantasía. ¡Interdependencia y apoyo mutuo para gozar!

 Elian Chali

Notas:

*BDSM: Bondage, Disciplina, dominación, sadismo, sumisión y masoquismo/prácticas eróticas libremente consensuadas.

*D/S: Dominación y sumisión. Estas siglas hacen referencia a una serie de comportamientos, costumbres y prácticas sexuales centradas en relaciones de consenso que implican el dominio de una persona sobre otra en un contexto sexual o en uno más genérico, parcial o global, limitado o indefinido en el tiempo.

*Bondage: Práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo de una persona.

*Neurodivergencia: aquellas personas que poseen rasgos neurológicos poco comunes; sobre todo a nivel del sistema nervioso central o cerebro. Las personas neurodivergentes presentan patrones de comportamiento fuera de lo común; al menos en los términos de lo impuesto por los estándares sociales.

*S/M: Sadismo y masoquismo. Práctica en el cual una persona obtiene placer al ser dominado o maltratado. El sadismo es la obtención de placer al realizar actos de crueldad o dominio.

*Sexo vainilla: Nombre que reciben las conductas sexuales que caen dentro del rango de normalidad para una dada cultura o subcultura.

*PMR: Persona de movilidad reducida. Son aquellas que tienen permanente o temporalmente limitada la capacidad de moverse sin ayuda externa.

*Bondage: Práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo de una persona.

*Leather: Subcultura que comprende prácticas e indumentos que se organizan con un fin sexual o erótico.

 

 

+Información:


*“¿Palabras o etiquetas?” por Pablo Perez publicado en el Suplemento Soy de Página/12.

*“In my language” por Mel Baggs traducido en YouTube. Para más información: https://ballastexistenz.wordpress.com

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Publicado originalmente en Maricones del mundo uníos y escupíos n°2 – Maricones que arden editado por Apuntes para la Desobediencia. https://archive.org/details/mmue2

Elian Chali (1988, Córdoba, AR). Artista visual sin estudios académicos. Participa del circuito contracultural argentino y hace gestión y docencia independiente.

Su práctica artística atraviesa la pintura, la fotografía, la performance y la escritura. La ciudad, los contextos de vida y el cuerpo situado son su plataforma de pensamiento y desarrollo de investigación libre.

Como activista del colectivo de personas con discapacidad, forma parte de Torceduras&Bifurcaciones, foro de corporalidades políticas.

POLVAZO Y CUARENTENA

Me baja la tanga me muerde el cuello me dice puta y me apoya su pija dura en la espalda tiene aliento a alcohol y cigarrillo y me caliento más me agarra del cuello y me da vuelta la cara para que lo mire me escupe paro la cola y me puertea me dice puta y me la clava entera se mueve rico fuerte seguro de que domina y yo dejo que lo crea me mete dos dedos en la boca y yo babeo se mueve más fuerte la mete y la saca varias veces gozo como una perra me vuelve a agarrar la cara me escupe de nuevo y dice querés la leche me quedo callada y siento como late la pija adentro de mi culo la saca me chorrean las piernas se viste rápido short de fútbol y camiseta se escucha la puerta mí madre entra el ya sentado en el
sillón con el control remoto en la mano mamá deja las bolsas del súper en la cocina y resopla diciendo cuando mierda va terminar esta cuarentena yo escucho sentado en el bidet mamá pregunta y tu hermano el gira la cabeza y le dice creo que está en el baño.
Yo tengo 14 el 23.

Naty Menstrual

es escritora, performer y artista plástica. Ha publicado los libros Batido de trolo, Continuadísimo y Poesía recuperada. Colaboró con los suplementos Soy y Las 12 del diario Página 12. Fue parte de la fundación de El Teje, primer periódico travesti de Latinoamérica. Lee su propia prosa y poemas, además de dedicarse al diseño de ropa y a la plástica.

Ética y Teatro

El profesor de Ética nos pide que articulemos a esta con el Teatro, que dejemos que bailen algún juego que nos diga cosas sobre ellas y sus devenires, digo yo. Y mi mundo se dispara inevitablemente a mis orígenes con el teatro. Siento los noventa en la piel y me veo a través de los ojos de mis jóvenes años. Y me pasa que no sé qué pregunta se formuló primero en mí, si una acerca del hacer teatral, o una sobre la ética del hacer teatral. Quizás eran ambas desde el inicio, y fueron apareciendo alternadas según la cartelera del momento. Pero creo que en algún punto fue la pregunta sobre ambas lo que me acercó al arte, pero también la que me alejó. Y aunque luego de varios años volví valiente a abrazar mis pasiones, las preguntas siguieron siendo las mismas y encontré un espejo roto, en el que mirar mi reflejo de mujer madura, que llora los desencantos que me trae el arte contemporáneo de mi ciudad.

El profesor nos cuenta, a través de sus textos prestados, como quien se asoma con los ojitos detrás de la hoja para ver qué efecto provoca, que Ética es la pregunta sobre el “qué debo hacer”, pero también sobre el “qué quiero hacer”. Y es allí donde me quedo agotada antes de resolverlo.

Nací en Neuquén, y desde mis 10 años, 1993, empecé en mi ciudad a formarme en el arte, especialmente el Teatro. El arte de ese tiempo pendulaba al mismo tiempo entre un desagradable narcisismo acrecentado y una autovaloración desvencijada. Se fundía en un pueblo apurado a crecer, con futuros prometedores de trabajo y ambientes desbastados. Con gentes de todos lados, que empujaban a los originarios pobres a las orillas y a los autóctonos ricos a la gloria.

El paisaje valletano se preparaba para nuevos escenarios de pujanza y pobreza. Íbamos a ver la obra de teatro local, “El champagne del bigote neoliberal está de fiesta, y hasta el maestro no para”. Actúan los elencos: Raquel con los muchachos y Los triple crimen. Montaron la escenografía moderna de cigüeñales en vez de perales, y repartieron manzanas acarameladas con petróleo para les niñes.

Les artistas ya venían hace tiempo llegando, como quien desembarca con sus pocos trapos y sus saberes a cuestas, iluminando la ciudad de la magia que en ese entonces sabían brindar.

La forma de hacer arte que yo conocí de chica en mi ciudad de Neuquén tenía mucho de precario, de colonia europea, de poético y romántico. También tenía un constante rumor, envidia, competencia, sañas y escraches entre colegas. Una forma fuertemente cruda y descuidada en la circulación de los afectos para con les espectadores, artistas otros y proyectos. Una performer de élite en las propuestas y cuerpos a los que iban dirigidas. Una pedagogía  del maltrato, disimulada de excelencia técnica. Una hegemonía estructuradísima y capacitista en los modos de entender los cuerpos, sus funciones, manifestaciones, expresiones y presencias. Una mezquindad interiorizada en los modos de valorar los trabajos, aportes y autorías en las producciones. Pero también fue el mundo que me cautivó, lo sé, así que supongo que no era solo ello lo que se cultivaba en sus entrañas. Sé que había magia y potencia, lo pude sentir, pero aún no lo puedo nombrar o describir. Pero sí puedo nombrar lo otro, todo eso que no me gustó, y que es lo que me alejó. Será porque no puedo dejar de estar enojada y dolida, porque aunque digo que me fui, siento que de algún modo me expulsó.

Hace mucho tiempo que me animé de vuelta a naufragar sus aguas. Pero creo que me estoy haciendo las mismas preguntas que en aquel entonces. ¿Cuánto de todo eso habrá cambiado, y cuánto no? ¿Qué nuevos paisajes le habrá incrustado al arte de mi ciudad, el mundo de fin de mundo? ¿Se habrá dado cuenta el arte de mi ciudad que las cosas han cambiado, o se ha quedado distraído en disputas de egos histriónicos, repitiéndose a sí mismo de modos diversos y no tan diversos?

Me enseñaron y aprendí que el arte es novedad, creación, invención de mundos otros. ¿Pero qué mundos ha creado el arte de mi ciudad? ¿Quiénes han entrado, y quienes han quedado fuera de esos mundos? ¿Qué quiero yo con mi ciudad, con mi arte, con nuestro arte?

¿Será porque me crié en una periferia discapacitante, en una que ya estaba cuando yo nací, una rota y descosida, hilada apenas con hegemonías, que se me da por desear eso, que alguna vez dijo un comandante, crear mundos donde quepan muchos mundos? Mundos donde la premisa del arte sea siempre inclusiva plural y local. Desear/querer que el arte local deje sus mezquindades y narcisismos inflados para fundirse allí con todos los mundos que históricamente ha relegado. Que se decrete el insomnio colectivo de les artistas y abandonen sus salas, sus territorios seguros, para fundirse en los barrios y las casas y las calles de les habitantes, a toda hora, todos los días. Que abandonen sus textos y didascalias, para trazar discursos silenciosos y sensibles con sus comunidades. Que desarmen sus cuerpos, se llenen de ortopedias, órtesis, señas y audiodescripciones y experimenten la belleza que está en el sin sentido, silencio, tosquedad y quietud aparentes. Que se atrevan orgullosos a destruir sus hegemonías y salgan desnudos a dignificar la diversidad de cuerpos y modos de funcionar e interactuar con el mundo, mezclando todo con todo y todo con nada. Que destierren de sí la lógica científico causal y destruyan algoritmos canónicos, empezando a hablar de atrás para adelante y de abajo hacia arriba, o del medio para los costados, o todos a la vez, o todos en silencio.

Que prendan agua y llenen de fuego las instituciones artísticas, obsesionándose en formar artistas/docentes de humanidades rotas, excluidas, olvidadas, invisibilizadas, y que a los hipercapaces los hagan limpiar el piso, hasta amigarse con el propio reflejo de sus vulnerabilidades. Que las instituciones de arte parezcan más un loquero que un juzgado. Que nos hayamos mezclado tanto con la comunidad, que ya ni se sepa quiénes son les artistas y quienes no, o se piense, y sea, que somos todxs, o ni se sepa ya de géneros ni binarismos. Que nos valoremos colectivamente y recaudemos tanta guita que caguemos lingotes de oro, sin negociaciones turbias, sin vender la magia y con espíritu robinhoodiano.

Pero el asunto es que no puedo dejar de hacer arte, y tampoco se puede hacer arte sin otrxs. El artista que cree que hace solo, es un pedante desagradecido y desgraciado, que se olvidó que hay una comunidad que le ha creado el espíritu, y que de formas rizomáticas se ha ligado en conexiones a veces invisibles entre cuerpos humanos animales y vegetales, orgánicos e inorgánicos, estables o dinámicos, extintos o presentes.

Por eso, el arte de mi ciudad no debiera estar tan tranquilo, creyendo que puede pavonearse frente a aquellos a quienes siempre ha olvidado y excluido, invitando a sus convites a los 4 únicos espectadores que les ven desde entonces.

Porque un día, esos 4 se van a morir, o se van a hacer viejos, y van a formar parte de un mundo más, al que el teatro o el arte no le quiere convidar nada, porque no está dispuesto a cambiar nada. Entonces las salas de teatro van a ser un bunker de yonquis ex artistas que van a tener en la vereda de enfrente a les viejes, les travestis, les locos, les discapacitades, les neurodiverses, les pobres, las putas, los “no cultos”, los simples, los que ni sabían que les artistas existían porque esta estirpe de egocéntricos colonialistas nunca supo ni quiso fundirse en sus comunidades.

Miro a través del texto los ojos de mi profesor y sé que nos hemos llenado de lágrimas, o quiero creer, que si tuvo la valentía de sacudir esta pregunta, será porque se ha fundido con la comunidad de sus estudiantes y quiere dejar de estar solo, como en definitiva estamos todas, agazapadas en casas que ya no nos cobijan y en futuros que ya no nos esperan.

 

María Alejandra Sponda

17/06/2021

Actriz. Creadora del personaje de intervención performática sobre temas de Sexualidad y Diversidad Funcional, Papelita Payasa.

Escritora de poesía, dramaturgia y temas de análisis sobre Discapacidad/Arte y Sexualidad.

Mujer Autista. Activista en relación a los derechos de las personas con discapacidad, en especial los referidos a sexualidad.

Bailarina del elenco de daza inclusiva Andares.

Psicóloga. Creadora del espacio PsicoarteValle, un dispositivo otro desde el que sentir y acompañar desde una psicología no convencional.